¿Quiénes somos? Somos un grupo de revolucionarios invencibles, que no nos rendiremos jamás, que lucharemos en todos los frentes, incluso en el de las ideas.

Wednesday, June 30, 2010

¿Qué le ocurrió a McChrystal?


Publicado el 30 Junio 2010 en La Esquina, Opinión, Reinaldo Taladrid Herrero
Esta Esquina se hizo el miércoles 23 de junio el mismo día que era destituido el General Stanley A. McChrystal, Jefe de las Tropas de ocupación en Afganistán. Luego de poner varios reportajes de cadenas de televisión sobre el hecho en cuestión, que tenía hablando a todo el mundo político y periodístico de los EE: UU., me preguntaron cual era mi opinión de lo que estaba ocurriendo y me arriesgue.
Aquí va un resumen de lo que dije aquel miércoles:
Me preguntan en el mismo día en que están ocurriendo los hechos mi opinión de lo que ha pasado con el General Stanley A. McChrystal, Jefe de la Tropas de Ocupación de los EE.UU. en Afganistán.
Lo primero es que esta es siempre la parte más difícil del periodismo, opinar, analizar, no limitarse a dar información y al mismo tiempo en que están ocurriendo los acontecimientos, pero como siempre me han gustado los retos me arriesgare.
Empecemos porque considero que nada de lo ocurrido es casualidad, ni un descuido, ni habilidad periodística de la Revista Rolling Stone.
Para llegar a entrevistar a un General de este rango hay que pasar por varios canales y niveles de aprobación, usted no llega no más y le dice, General quisiera que me respondiera este largo cuestionario.
Por tanto el General como el resto de los miembros de su equipo personal, que puso a hablar estaban conscientes y bien claros en lo que estaban haciendo y sobre todo en lo que dijeron.
Otro aspecto es que dentro del Imperio están bien claras las reglas de juego de lo que pueden o no hacer los militares, no solo la ya violada Acta Posse Comitatus, aprobada después del fin de la Guerra Civil, que prohíbe a las tropas del ejercito de los EE.UU. actuar dentro de territorio norteamericano, sino que los militares no pueden ni opinar ni pronunciarse sobre la vida política del país mientras estén en activo.
Entonces no puede ser un error temporal o un lapsus mental que el General dijera cosas como que Obama estaba perdido, que no sabia dirigir, que el Asesor de Seguridad Nacional es un payaso y que uno de sus ayudantes que hablo en la entrevista se burlara del Vicepresidente jugando con el apellido y diciéndole en vez de Joe Biden, Joe BiteMe o sea Joe me muerde.
NO, aquí no hay nada casual, ni hay ningún error de juicio ni lapsus mental.
El General dijo lo que dijo de manera totalmente consciente para que Obama se viera obligado a botarlo del cargo.
Y por que querría un General como Stanley A. McChrystal que Obama lo destituyera.
Recuérdese que cuando este mismo General propuso que o se enviaban 40 000 hombres mas a Afganistán o se perdía la guerra allí, Obama después de muchas consultas y análisis, decidió aceptar el incremento pero poniéndole una fecha de salida de las tropas de Afganistán que es en el 2011.
McChrystal sabe que lo que ellos llaman la guerra o su estrategia contrainsurgente, esta estancada y que en el 2011 no podrá declarar que han vencido y exterminado al Talibán o la Resistencia a la ocupación.
También sabe que sus tropas ni controlan las aldeas que anuncian que toman tras “cruentas” batallas.
Sabe que el Talibán no se ha desbandado.
Sabe que tanto la corrupción como la industria de la droga se incrementan a niveles nunca vistos en Afganistán
Sabe que los señores de la guerra son los verdaderos dueños de sus territorios no Karzai y su gobierno de Kabul.
Por tanto sabe que cuando llegue el plazo del 2011, no podrá organizar una ceremonia de victoria e iniciar el retiro triunfal de las tropas norteamericanas a casa.
Y sabe que el seria la cabeza de turco ideal para culpar de este fracaso.
Por tanto hago que me destituyan y no me podrán culpar del fracaso.
Pero además y como objetivos colaterales.
Se va atacando a Obama y su equipo como no lo han hecho muchos de manera pública.
Esto le hace seguir siendo fiel a sus orígenes políticos pues el General McChrystal esta vinculado a los grupos de poder de la anterior Administración.
No se olvide que el era el Jefe del llamado Comando Conjunto de Operaciones Especiales, que en su Base en el Estado de la Florida, reunía a comandos de las tres fuerzas especiales del Ejercito Norteamericano, los Boinas Verdes, los SEALS y los Rangers y que se dedicaban a organizar comandos especiales que salían en giras de asesinatos de 2 a 3 meses alrededor del mundo, luego que la oficina del Vicepresidente Chenney le aprobara las nombres de las listas de las personas a asesinar.
Esta destitución no le afectará en nada.
Además de su alto retiro militar, decenas de Grandes Corporaciones del Complejo Militar Industrial con gusto lo harán miembro de sus Juntas Directivas.
O cualquiera de las empresas de Mercenarios o de “Contratista Militares”, tipo Blackwater, como se les conoce, lo harán su Presidente.
Pero tampoco descarto que, aunque en los próximos meses McChrystal guarde silencio público y político, que dado que se va después de haber ofendido a Obama y su Vicepresidente.
O sea que se va como un héroe político para todo el sector de extrema derecha del Partido Republicano, que simpatiza con lo que dijo e hizo, se le prepare y lance como un candidato republicano al Senado por algún Estado de mayoría republicana.
En fin es solo mi opinión en relación a hechos que están ocurriendo en estos mismos momentos.
Lo importante es que los lectores opinen y por tanto, como siempre, ustedes tienen la palabra.
URL del artículo : http://www.cubadebate.cu/opinion/2010/06/30/que-le-ocurrio-a-mcchrystal/

Tuesday, June 29, 2010

Se animan los terroristas anticubanos

Publicado el 28 Junio 2010 en José Luis Méndez Méndez, Opinión
La administración demócrata en la Casa Blanca, transita por su segundo año y la impunidad para los terroristas anticubanos continúa. El criminal internacional Luis Posada Carriles, sigue en el disfrute del amparo de las autoridades, la próxima vista de su proceso judicial se espera suceda en enero del 2011, recorre el sexto año de dilaciones y pretextos, para tan solo juzgarlo por delitos menores, no por los crímenes de lesa humanidad, esos que no prescriben, cometidos u ordenados por él durante años y aún impunes.
Ahora, la prensa registra las declaraciones de Guillermo Novo Sampoll, quien desde agosto de 2004, regreso al refugio de Miami, después de ser ilegalmente indultado en Panamá, cuando había sido condenado por el intento de magnicidio contra el Presidente de Cuba, Fidel Castro Ruz, en noviembre de 2000. ¿Por qué, este terrorista confeso, se anima a mostrar nuevamente su verdadera cara? ¿Lo inspira la protección de las autoridades norteamericanas a Posada Carriles?, ¿Por qué defiende al terrorismo como opción violenta para lograr sus objetivos, al extremo de calificar a los llamados disidentes como “débiles mentales”?
En la administración demócrata, que gobernó a los Estados Unidos entre 1993 y 2000, los terroristas anticubanos ejecutaron 122 actos de terror, la actual les permite libremente golpear los tambores de la guerra con el empleo del terrorismo.
Guillermo Novo, junto a Ignacio, su hermano fallecido conformaron uno de los binomios más peligrosos en las últimas cuatro décadas del siglo XX por su accionar terrorista dentro de los grupos criminales radicados en Miami. Ambos fracasaron cuando intentaron impactar con un cohete al edificio de la ONU en New York, en el momento en que el Comandante Ernesto Che Guevara pronunciaba un discurso allí.
Los dos fundaron la organización terrorista y fascista Movimiento Nacionalista Cubano, MNC, en 1959, banda dedicada a sembrar el terror dentro de los Estados Unidos, después formaron Omega-7, el 11 de septiembre de 1974 para recordar el primer año del golpe fascista en Chile.
Guillermo violó su libertad condicional para ponerse al servicio de la Dirección de Inteligencia Nacional de Chile, bajo la dictadura de Augusto Pinochet Ugarte, recibió al agente de la CIA Michael Townley en Union City y organizó el asesinato del ex canciller chileno Orlando Letelier en Washington, ejecutado el martes 21 de septiembre de 1976 y donde además de éste, muriera la joven norteamericana de 26 años, Ronni Moffitt.
Este criminal y mafioso estableció nexos con la familia Gambino y la mafia de New York, para emplear a miembros de Omega-7, como sicarios para trabajos de ajustes de cuentas, entre los que se destacaron el terrorista Pedro Remón, Pedro Palmero y Eduardo Arocena. El terrorista Carlos Dominicis era el contacto entre el sindicato del crimen y los hermanos Novo.
El general chileno Manuel Contreras Sepúlveda confirmó en el 2004, que Guillermo Novo, viajó a Buenos Aires para interrogar a los diplomáticos cubanos secuestrados el 9 de agosto de 1976. Michael Townley, al servicio de la DINA chilena, lo había llamado para que lo acompañara en esa macabra misión.
El terrorista Orlando Bosch, se adjudicó el secuestro, desaparición y muerte de los dos jóvenes diplomáticos. Guillermo Novo, no ha revelado los detalles de este viaje, ni la información que obtuvo de los interrogatorios, sólo le confió a Gaspar Jiménez, que los cubanos no revelaron ningún secreto y habían muerto como hombres.
Las autoridades norteamericanas encargadas de combatir al terrorismo doméstico en Estados Unidos, conocen el largo historial de Guillermo Novo. La referencia del FBI sobre él, es una prueba irrefutable: “Considerando que el sujeto ha transportado explosivos plásticos en su persona, deberá acercársele con precaución.” Informe del FBI105-1987 de William J. Davis
Esta es la advertencia que aparece también subrayada en el informe del oficial del FBI William J. Davis, redactado por la oficina operativa de terreno de Newark, New Jersey el 31 de enero de 1969 registrado con el número 105-19876 y el 105-164011 del Buró.
En el documento se especificaba que Novo Sampoll seguía en libertad condicional en el Condado de Hudson y que era uno de los dirigentes más prominentes del Movimiento Nacionalista Cubano, organización de extremistas cubanos.
Según el oficial de libertad condicional de Novo Sampoll, Thomas H. Neary, el MNC era una organización “anti Castro” con jefatura en Miami, Florida. Su Director Nacional era Felipe Rivero Díaz, quien residía en Miami. Esta organización de la cual Novo era figura principal, se había adjudicado el crédito por poner bombas y la destrucción de propiedades en varios países para protestar contra el gobierno de Cuba. Su hermano, Ignacio Novo, era el jefe titular de la sección de NewYork-New Jersey.
Según la fuente del FBI NK T-1, el 1 de octubre de 1968 se realizó una reunión general del MNC en Unión City, Nueva Jersey. Seis días después el mismo informante dijo que los hermanos Novo Sampoll, estaban cansados de Felipe Rivero y su nueva política. Ellos pensaban que Rivero actuaba de una manera “estúpida”, particularmente respecto a su resistencia en ese momento de dedicarse a actividades terroristas.
Los dos discutieron las órdenes emitidas por Felipe Rivero, de que el MNC debería cesar temporalmente las actividades terroristas en Estados Unidos y en su lugar, concentrar tales actividades en blancos fuera de Estados Unidos. Ya desde entonces, Guillermo Novo, era defensor a ultranza de la violencia, y las autoridades norteamericanas lo conocían.
En los antecedentes del mencionado Informe resumen de la oficina del FBI en Newark, NK 105-19876-32, página 8, se precisa que Guillermo Novo, fue entrevistado el 23 de diciembre de 1964 por el Departamento de Policía de Nueva York después de su detención con relación al ataque con bazooka contra la sede de la ONU en la cual admitió su participación.
En el informe de Nueva York del agente especial Francis J. O´Brien, del 30 de abril de 1968, bajo el título de Movimiento Nacionalista Cubano, IS-CU; NM-CU, expediente del Buró 97- 4149, NK 105-16824, y clasificado secreto. Se expone un resumen de una entrevista con Guillermo Novo y su hermano Ignacio como figuras principales del MNC con Alfredo Izaguirre Horta, redactor del “Diario La Prensa”, un periódico de habla hispana de la ciudad de Nueva York. La entrevista apareció en la edición del 31 de enero de 1968 y citaba a Guillermo diciendo que el MNC tiene células operando en Sur América y lugares como México, Canadá y Europa; y que el MNC tendrá participación en todo lo que tenga que ver contra “el marxismo leninismo.”
Además, esto incluirá todo desde embajadas a barcos mercantes, y con o sin ayuda de otros países, el MNC continuará llevando la guerra en todas las esquinas del mundo hasta que ellos liberen a Cuba o mueran en el intento.
También en el Informe resumen de la oficina local del FBI en Newark, Nueva Jersey, redactado por el agente especial Richard B. Murdock del 31 de mayo de 1967, sobre el caso del expediente del Buró 105-164011, expediente de NK 105-19876-32, p. 41, se señala que el 7 de abril de 1967, Guillermo Novo fue entrevistado, en relación con la explosión del Hotel Ruby Foo en Montreal, Canadá el 11 de marzo de ese mismo año. Novo negó toda participación en el hecho.
Los investigadores del FBI estaban convencidos de que Guillermo Novo, era uno de los ejecutores directos de los actos terroristas, las autoridades canadienses habían solicitado cooperación para esclarecer los hechos. En la página 13 del mismo informe mencionado, se indica que el 17 de septiembre de 1964, Novo fue entrevistado sobre su complicidad con la explosión en el carguero cubano María Teresa en Montreal el 9 de agosto de ese año. Novo, como le había aconsejado su abogado, negó toda relación con el hecho.
Después en la página 17, se narra el interrogatorio a Novo el 17 de febrero de 1965, nuevamente éste negó toda relación con la explosión en el María Teresa. El 13 de agosto del mismo año, Novo fue arrestado para ser investigado y negó algún conocimiento personal sobre la explosión en el María Teresa. El FBI y las autoridades canadienses tenían la certeza de que Novo era el terrorista que había ordenado o ejecutado la acción pero no podían probarlo.
Novo continuó sus actos terroristas al frente del MNC y el agente especial de Newark, William J. Davis, en su informe del 11 de marzo de 1968, clasificado secreto, registró que el 27 de febrero de ese año, Novo fue llamado a declarar para indagarlo sobre la explosión en la embajada soviética en Washington, D.C. el 21 de ese mes.
El 24 de abril, una vez más Novo fue indagado sobre la explosión de una bomba en el Consulado Mexicano y la Oficina Turística Española, en New York, dos días antes y negó toda relación con esos hechos.
El 20 de noviembre de 1968, Novo Sampoll, fue investigado por el FBI acerca de la observación y seguimiento que hacía de los movimientos de los diplomáticos y sobre la sede de la Misión de Cuba ante la ONU. Novo había sido detectado cuando merodeaba y realizaba llamadas amenazadoras al personal cubano allí acreditado. Así lo registró en agente especial Davis en su informe clasificado secreto, que aparece en el expediente del Buró 105- 164011, expediente de NK 105-19876-198, páginas 11-14. Guillermo Novo fue entrevistado respecto a llamadas a y contactos con la Misión de Cuba ante la ONU. El informe mencionado, especifica que Novo fue entrevistado por agentes de New York el 8 y el 9 de julio, entonces, negó que el propósito de su seguimiento en la Misión de Cuba hubiese sido para un plan de asesinato y planteó que lo había hecho porque quería lograr la “deserción” de un diplomático cubano.
Estos son breves datos de la abundante información que el FBI atesora en sus archivos secretos sobre el extenso expediente criminal de Guillermo Novo Sampoll, el terrorista, que ahora sin temor coloca al terrorismo como la opción para derrocar a la Revolución cubana
¿Actuará ahora por iniciativa propia, estará probando la reacción de la administración o la impunidad de la misma lo anima? Las autoridades norteamericanas tienen la palabra.
El autor es es profesor e investigador universitario.

Carta abierta al señor Diego Armando Maradona

Carta abierta al señor Diego Armando Maradona
Publicado el 29 Junio 2010 en Especiales, Opinión
Por Carlos Malbrán
PARA EL CASO DE QUE NO GANEMOS ESTE CAMPEONATO DEL MUNDO
QUERIDO DIEGO, “PELUSA”, “PIBE DE ORO”, “DIEZ”, “DIOS”, “GORDO”:
Quiero hacer memoria, para que no se te olvide a vos, ni a ninguno de los argentinos.
Eras un pibe de la villa miseria de Fiorito. Uno de esos asentamientos informales, insalubres y laberínticos, de viviendas precarias en las que se hacinan los desplazados. Síntoma brutal de la marginación y la pobreza, del que los políticos prefieren no hablar porque es poner en duda toda la estructura legal del sistema.

Jugabas porque el fútbol es la expansión de los humildes, un acto atemporal que los saca de las desdichas cotidianas. La vida te había negado casi todo, y vos, como miles de chicos argentinos, con tus zapatos rotos, te desquitabas a patadas.
En 1973 alguien te dijo:

- Che pibe, vamos a armar un equipo para jugar en el “Torneo Evita”, ¿Entrás?
Con tus piernas flacas y tu rostro de “negrito”, te convertiste en la pesadilla del torneo, nadie quería enfrentarte. “Los Cebollitas”, (así se llamaban), se llevaron la copa y al año siguiente ganaron el Campeonato de la 8ª División. El conjunto se mantuvo invicto 136 partidos y gracias a que “Los Cebollitas” se convirtieron en una sensación, conociste Perú y Uruguay, donde los invitaron a jugar. No tenías 12 años y ya eras campeón.

A alguien se le ocurrió hacerte debutar en las inferiores del Club Argentino Juniors. Resultó fácil, fue el primer acto ilícito de tu vida: te cambiaron el nombre y mintieron la edad, agregándote dos años para que te aceptaran. Algo completamente inútil porque tu brillo era tal que cuando te vieron jugar, todos preguntaban: ¿Quién ese pibe? ¿De dónde salió ese prodigio?
Entonces decidieron que era mejor ponerte en el entretiempo de los partidos de la Primera División para que entretuvieras a la hinchada haciendo malabares con la pelota. Naciste mago. Siempre la pelota ha hecho todo lo que querés, ¿O será al revés?
Llegaste a la villa eufórico:

- ¡Mamá, me pagaron!
Doña Dalma te dio un beso y tu padre Diego te regaló una sonrisa y una palmada afectuosa. Hasta hay un viejo comercial de Coca Cola, donde se ve a aquel muchachito haciendo maravillas.

La primera vez que figuraste en los diarios, (esos que cada vez que pueden, intentan destruirte por tus ideas), tenías diez años. El Clarín decía: “Había un pibe con porte y clase de ‘crack’…”. Este periodista no sabía que aún faltaban por llenar muchas páginas hablando del “Pibe de Fiorito”. Porque en dos años ascendiste ocho divisiones en Argentinos Juniors, de novena a primera, y comenzaste a dibujar tu historia con goles: en 1978, aunque te consagraste como el goleador del Metropolitano, el flaco Menotti te dejó fuera de la Selección que ganó el campeonato porque eras muy niño, pero al año siguiente nos trajiste la Copa del Mundial Juvenil.

Por ese tiempo, aunque River te quería contratar y te ofreció lo mismo que ganaba Ubaldo Fillol, el jugador mejor pagado de entonces, decidiste jugar para Boca, que estaba en serios problemas económicos y no podía comprar tu pase. Nos hiciste campeones, pero duraste poco. Europa siempre ha pagado mejor y te fuiste al Sevilla y después al Nápoles.
El Mundial de México 86, siempre será recordado como “el Mundial de Maradona” y podría escribir muchas páginas con las emociones que nos hiciste vivir, porque cada vez que mandaste la pelota al fondo de la red, no era un gol de Maradona, era un tanto de desquite de todos los humildes de tu pueblo.

La FIFA, aún a regañadientes, (los oligarcas del fútbol no te quieren Diego) tuvo que elegirte como al mejor jugador del siglo XX. Para nosotros significas mucho más. Siempre recordaré cuando como consecuencia de haber caído en los abismos de la droga, te tuvieron que internar de urgencia y una multitud angustiada hizo intransitable cuadras enteras en torno al hospital. Alguien puso un gran cartel: “El cielo tiene que esperar”, otro decía: “Siempre vivirás, Dios no quiere competencia.”, otro: “Jesús resucitó una vez. Vos, miles.”, y quizá el más significativo rezaba: “Diego, no aflojés que vas a salir. No podés perder. No te olvides que Maradona juega para vos.”

Saliste de la droga como también te levantaste de cada golpe que te dieron en la cancha, pero los medios internacionales siempre magnificaron tu adicción a las drogas y cada error que cometías, porque lo que no te perdonan es que a pesar del dinero, la fama y la gloria, nunca olvidaste al pibe de la villa de Fiorito y que cada uno de tus mensajes políticos mueva la conciencia de los pobres y explotados del mundo.

El mercado puede aceptar que seas un genio del fútbol, pero no que te hayas convertido en la compensación para una sociedad frustrada por varias dictaduras militares y desgastada por el accionar de políticos corruptos.

Se acepta, ¿qué otro remedio les queda?, que seas un campeón, más no que reflejes los sentimientos de los despojados que necesitan creer que Dios no está tan lejos.
Eso no te lo van a perdonar nunca Diego.

La FIFA no te puede perdonar que promuevas la sindicalización de los jugadores, a los que llamas “los obreros del fútbol”, porque eso echaría por tierra un negocio que mueve millones de dólares cada cuatro años.

Si Maradona dona una escuela, o promueve una colecta para los niños pobres con parálisis, no saldrá en la primera plana de ningún periódico del mundo, porque lo imperdonable no son estos actos en sí, sino que lo hagas siempre diciendo que sólo estás devolviendo algo de lo que los poderosos roban a la gente.

Demagogo, populista, oportunista, drogadicto, son los calificativos aconsejados por los señores de la SIP para poner junto a tu nombre. Como también aconsejan destacar siempre las declaraciones del señor Pelé, porque ese si es “bueno”. Se coloca debajo de un cartel de alguna firma de productos deportivos, que por supuesto le paga, para reivindicar siempre al sistema y defender sus intereses. De eso vive.


No te van a perdonar tus visitas a Chávez, o que tengas al Ché tatuado en tu hombro.
La única vez que te tuve cerca fue cuando en noviembre de 2005, con motivo de la Cumbre de Presidentes de Mar del Plata, nos invitaste a ir a repudiar la presencia de Bush en la Argentina.
Los grandes diarios del mundo, no publicaron en estos días la foto de la Selección Argentina despidiéndose rumbo a Sudáfrica con una gran pancarta que decía: “Apoyamos a las abuelas de Plaza de Mayo para el Premio Nobel de la Paz”. Ni tampoco la noticia de que recibiste en Pretoria a Estela Carlotto con un gran abrazo.

Eso no se perdona Diego.

El fútbol, vos lo sabés mejor que nadie, es un juego impredecible y como bien declaraste: “No hay favoritos. Cualquiera te puede clavar la pelota en el ángulo y todo lo que hiciste… Chau”. Todo es posible, pero por todo esto y mucho más quiero decirte que si eso sucede, no te hagas ningún problema, porque con nosotros ya cumpliste.

Gracias por ser Maradona.
Gracias por ser nuestra alegría y nuestra esperanza.
Gracias por no olvidar al pibe de Fiorito.
Gracias por representarnos siempre a todos con dignidad.
Gracias campeón.

Monday, June 28, 2010

Orden y desorden mundiales

Orden y desorden mundiales
Publicado el 28 Junio 2010 en Frei Betto, Opinión
El mundo en que vivimos está movido por relaciones internacionales en las que destacan estadistas, ministros, organismos supranacionales y sobre todo el capital. El flujo y reflujo del dinero determinan el destino de las naciones. Con frecuencia se olvida el protagonismo de los pueblos en el escenario mundial. Ellos son siempre las grandes víctimas.
En la fase monopolista del capital, entre los siglos 15 y 19, el orden mundial estaba dirigido por potencias coloniales como España, Inglaterra y Francia. Se calcula que, sólo en América Latina y el Caribe, la presencia colonial dejó un rastro de al menos 18 millones de indígenas muertos. Otras fuentes calculan 100 millones (Población originaria, 1500. Eric Toussaint: La Mundialización desde Cristóbal Colón hasta Vasco da Gama).
En busca de mano de obra necesaria para la acumulación de capital se estima que cerca de 12 millones de africanos fueron secuestrados en sus tierras y esclavizados en el sur de los EE.UU., en el Caribe y en América Latina.
Los que sobrevivieron al genocidio colonial y se reprodujeron en el territorio americano asumieron el protagonismo de las luchas coloniales que propiciaron, a partir de 1810, la independencia de América Latina y el Caribe. Sin embargo no se constituyeron en beneficiarios de las luchas emancipatorias que implantaron en nuestro continente la república y la democracia, salvo algunos ensayos de poder popular, como sucedió en el Haití gobernado por antiguos esclavos; en el Paraguay anterior a la guerra promovida por la Triple Alianza; en Cuba a partir de 1959 y, ahora, en las Constituciones que incorporan los derechos de los pueblos originarios y afrodescendientes, como sucede en Venezuela, Ecuador y Bolivia.
En su fase imperialista el capitalismo, en su lucha por mercados, promovió dos guerras mundiales. La primera creó las condiciones para el ascenso del nazismo y del fascismo y llevó a los EE.UU. a la bancarrota en 1929. La segunda forzó la migración de 60 millones de personas y causó la muerte de 72 millones, el 2% de la población mundial de la época. A todo ello súmense los traumas físicos y sicológicos causados por las guerras, las secuelas de los campos de concentración, la desarticulación familiar y los esfuerzos de adaptación a la vida civil de los soldados sobrevivientes.
Las víctimas que escaparon del holocausto, los comunistas europeos y los guerrilleros de los países ocupados fueron los protagonistas de la derrota del nazifascismo y los sujetos del orden mundial bipolar de la posguerra, con el surgimiento de la Unión Soviética.
Can la caída del muro de Berlín en 1989 regresamos a un mundo unipolar bajo la hegemonía del capitalismo que, con su carácter neoliberal, anuló importantes conquistas sociales, introdujo el Estado mínimo y la privatización del patrimonio público, promovió la flexibilización de los derechos de los trabajadores e hizo que la especulación financiera se sobrepusiera a la producción agroindustrial.
Iraq y Afganistán revelan hoy la cara más cruel de ese mundo unipolar en el que los EE.UU. se empeñan en asegurar para sí una preciosa mercancía cada vez más escasa: el petróleo. Murieron en esos países más de un millón de personas, la mayoría civiles, y por la parte del agresor 75 mil soldados usamericanos muertos o heridos.
En América Latina la principal víctima de la hegemonía unipolar es Cuba, sometida al bloqueo económico por los EE.UU., lo que ya le causó un perjuicio superior a los 50 mil millones de dólares.
El pueblo mexicano hoy sabe que fue víctima de la artimaña del Tratado de Libre Comercio firmado con los EE.UU., cuyo fracaso abortó la propuesta usamericana del ALCA. Se decía que los mexicanos alcanzarían la misma renta per capita que los estadounidenses. Hoy la renta per capita de los mexicanos equivale a apenas el 0,32 % de la renta de los canadienses y el 0,25 % de los estadounidenses. La economía mexicana se encuentra totalmente desnacionalizada y cada año cerca de 750 mil mexicanos emigran hacia los EE.UU. en busca de trabajo.
Según la Cepal la pobreza en México era del 39 % de la población antes del Tratado; hoy es del 50.9 %. Otras fuentes estiman el 70 % de la población en condición de pobreza (Ulloa Bonilla, 2007).
A pesar del amplio espectro de pobreza en el mundo, el monopolio mediático del capitalismo infunde en el imaginario popular la incuestionable superioridad del sistema de apropiación privada de los bienes y de la riqueza en su plena consonancia con la democracia y la libertad. A falta de pan, el circo provoca una especie de anestesia en la mente de quienes son las mayores víctimas del sistema.
Basta mirar alrededor para darse cuenta de los efectos del sistema: degradación ambiental, crisis energética, alza de los alimentos, escasez de agua, flujos migratorios, terrorismo, tráfico de drogas, de personas y de armas, manipulación de los medicamentos y de las patentes genéticas, y ahora la crisis económica iniciada en setiembre del 2008 y que afecta duramente al área del euro.
Las elecciones del 2010 en Brasil no pueden ignorar el protagonismo de nuestro país en esta conflictiva coyuntura mundial. Y el derecho a la soberanía y a la autodeterminación de los países de América Latina y el Caribe.
- Frei Betto es escritor, autor de ”El amor fecunda el Universo. Ecología y espiritualidad”, junto con Marcelo Barros, entre otros libros. www.freibetto.orgm - Twitter:@freibetto

Monday, June 14, 2010

Producción, productividad, calidad, gusto y economía, Alejandro Martínez Pereira

Producción, productividad, calidad, gusto y economía

En esta oportunidad queremos abordar un tema de plena actualidad, ahora que en nuestro país se conforma el Modelo económico cubano de construcción del socialismo, del cual se ha hecho mención por la alta dirección de la Revolución en los últimos meses. Pero cómo concebir esa nueva concepción en el ámbito de la realización audio y audio-visual, específicamente en la radio y la televisión en nuestro INSTITUTO. No hay dudas que los últimos meses han sido de plena evolución en la calidad y comprensión de los nuevos criterios de realización en nuestro medio. Los meses futuros irán esclareciendo, haciendo avanzar las nuevas ideas y trazando rumbos nuevos.

Me arriesgo a exponer mis criterios de por dónde podremos continuar avanzando y perfeccionando nuestras metas de desarrollo. De seguro habrá disímiles criterios al respecto, este es el mío.

Será necesario garantizar una alta producción de materiales para la radio y la televisión con el objetivo de satisfacer las amplias demandas de más de 90 emisoras de radio en todo el país y los más de 30 canales de televisión que actualmente existen.

Pero aquí es donde se ponen en juego las cinco puntas de NUESTRA FIGURA GEOMÉTRICA formado por: producción, productividad, calidad, gusto y economía imprescindibles a tener en cuenta para el éxito de nuestra gestión.

Como idea inicial tenemos que decir que nuestro modelo económico cubano, lleva implícito una mayor organización y disciplina social, estos son dos direcciones claves para el éxito de cualquier modelo de desarrollo que abordemos, estos dos conceptos son pilares para poder avanzar en el perfeccionamiento de cualquier actividad social de que se trate.

El primer elemento, la PRODUCCIÓN, que será imprescindible desarrollar, para que en la medida que avancemos lograr satisfacer las necesidades totales de las emisoras de radio y canales de TV nacionalmente, y en la medida de las posibilidades reales, la sustitución de la mayor parte de los materiales foráneos que se trasmiten.

Pero tendremos que hacerlo en las condiciones de restricciones financieras que se nos exigen en estos momentos en el país, tendremos que trabajar con presupuestos bien definidos y se nos exigirá un mayor control de los gastos y una garantía superior de sus resultados. Tendremos que desarrollar la tendencia de la disminución constante de los gastos por minuto en pantalla y en la radio, habrá que trabajar con tarifas o normas de consumo rígidas, que nos obligue al empleo eficiente de los medios que se nos suministren.

Los presupuestos tendremos que desagregarlos hasta la obra en concreto, y habrá que extraerles el máximo de posibilidades, solo así podremos garantizar las necesidades de transmisión y los ingresos crecientes de nuestros realizadores, y no lo contrario.

La correcta utilización de los recursos financieros, el ahorro en las plantillas, o sea, la no contratación de personal innecesario, permitirán mejorar las condiciones de trabajo de los realizadores y una mejor compensación salarial de cada uno de los que realmente trabajan en particular.

La PRODUCTIVIDAD, será el segundo elemento, y muy importante elemento, que debemos tener en cuenta en este salto de producción de obras audiovisuales, tendremos que lograr mayores resultados con el empleo cada vez menor de materiales de todo tipo, de recursos humanos, de tiempos de máquina y de grabación. Para ello habrá un sinnúmero de iniciativas que podamos desarrollar, entre ellas algunas ya aplicadas otras por aplicar. Muchos realizadores miran con duda estas variables, suponen pérdidas en sus ingresos personales, y no es así, será todo lo contrario, se podrá producir más con los excedentes financieros y materiales que dispongamos.

Pero que quede bien claro, la productividad no conllevará el saltar procesos, el violentar actividades que perjudiquen el resultado final del trabajo, los ahorros, tendrán que ir con el empleo eficiente de los recursos y el tiempo de realización que esto exija. Escenas que exijan 6 horas de filmación no podrán realizarse en dos, por el criterio de acortar procesos, que perjudiquen al final la calidad, la productividad tendrá como exigencia imprescindible el máximo de aceptación final de la obra de que se trate.

Una idea que se ha propuesto en ocasiones será la filmación de programas musicales en teatros, una idea bastante analizada, en vivo, permitirá convertir un programa de televisión o radio en un espectáculo público, que producirá ganancias financieras y una mayor espontaneidad en los resultados de la obra.

El perfeccionamiento del control de los gastos, su análisis sistemáticos, podrán permitir el seguir en detalles los consumos de todo tipo, y poder medir y conocer a tiempo cuando una obra se pasa en sus gastos o cuando no se atiende al cumplimiento de los requerimientos técnicos para la producción, por el primero se nos va la economía y por el segundo se nos va la calidad.

Producir mas, con menos, manteniendo altos niveles de calidad, por la aplicación del talento del artista y del economista, será el camino de nuestro desarrollo en los próximos años.

La CALIDAD, será otro aspecto que tendremos que cuidar con absoluto rigor, la mayor producción y la ganancia que nos brinda el incremento de la productividad, no nos puede afectar los resultados cualitativos de lo que hacemos, sino todo lo contrario, sabemos que no necesariamente el derroche lleva implícito la calidad, hay ejemplos conocidos donde se ha derrochado recursos y la calidad ha resultado deficiente, y lo contrario también nos ha sucedido, con pocos recursos y sí con mucho talento se han obtenido obras que han alcanzado calidad patrimonial. La calidad exigirá el máximo del empleo del talento de todo el colectivo de realización, su trabajo será decisivo, el extra que estos impongan producirá el salto cualitativo que se haya planificado.

La premiación a los colectivos de realización que logren resultados cualitativos destacados, la contratación continua de sus miembros en producciones continuas, serán estímulos reales a trabajar con el máximo empeño, habrá que romper con el criterio igualitaritarista de que todos tengan igual contratación, no todo lo contrario, los que mejor trabajen serán los que concurrirán con mayor asiduidad a la producción de programas.

El GUSTO, será un importantísimo principio que no se podrá descuidar, toda obra audiovisual, especialmente para medios tan masivos como la radio y la televisión se realizan para la satisfacción del gusto de las mas amplias capas de la población receptora de nuestros programas, el valor real de una obra audiovisual reside fundamentalmente en el nivel de aceptación que esta tenga en el público al cual van dirigidas, no se excluye con estos criterios aquellos materiales que, sean imprescindibles realizar, con propósitos experimentales o que se realicen por necesidades formativas y de desarrollo de la apreciación estética de las artes. Lo que no guste al público al cual va dirigido, será un defecto garrafal de nuestro medio.

La atención al gusto social, exigirá obligatoriamente los conceptos de educación y formación de la apreciación estética, no se podrá confundir con el criterio populista de satisfacción trivial y superficial de la aceptación, y mucho menos el empleo de la chabacanería, la vulgaridad. la marginalidad, el erotismo exagerado, la violencia innecesaria- para ganar audiencia, todo lo contrario, - ganar el gusto social tendrá implícito los principios de desarrollo estético, ético, político e ideológico que nos exige la Política de Programación del país.

La concepción del gusto y sus resultados, tendrá también el principio de que todos los espacios no requerirán altos resultados en su raiting, habrá que tener en cuenta los segmentos sociales a los cuales vaya dirigido, los requerimientos de los sexos, las edades, los grupos sociales, y los territorios en los que se trabaje. Será pues una valoración científicamente fundamentada la que nos dará el resultado final.

La ECONOMIA, como último aspecto, no será el menos importantes de estos cinco elementos, sino todo lo contrario, será un denominador común que apliquemos en todo lo que nos propongamos, no es posible que los costos de nuestras obras se incrementen constantemente, como si fuera una tendencia obligatoria de nuestro sector, será imprescindible en el estudio que se realice, en la aprobación de guiones y en la factibilidad ir a la búsqueda de la mayor economía de todo tipo: financiera, combustibles, energía, alimentos, vestuarios, locaciones, personajes, recursos técnicos, en fin todos los medios que se requieran para nuestra labor.

La integración de estos cinco elementos: PRODUCCIÓN, PRODUCTIVIDAD, CALIDAD, GUSTO y ECONOMIA, que hemos descrito serán líneas de trabajo que debemos proyectar. En una visión superficial nos podrá parecer insignificantes los cambios que estos conceptos producirían, pero a la larga estaríamos en condiciones de producir mas, con mas calidad y mas garantía de éxito en los resultados.

La exigencia de los directivos, sean administrativos como artístico, serán vitales para el logro de los objetivos que nos proponemos, habrá que aplicar con objetividad y realismos los criterios de contrapartida que deben establecerse entre los que brindan los medios y recursos, en esencia los representantes de la ENTIDAD, tanto radial como televisiva y los directivos de la obra artística.

Los que administran los recursos deberán hacerlo con el criterio de que lo hacen en nombre de los verdaderos dueños, que son nuestro pueblo, que a su vez será el público más severo que nos juzgue, los directivos artísticos tendrán que asegurar su labor con los recursos que se le brinden y estén al alcance de sus patrocinadores.

Será necesario que cada momento, desde la presentación de la idea, el guión hasta su terminación, se lleve un criterio integral y coherente de producción que garantice todos los pormenores de aprovechamiento material y estético de la obra en cuestión.

Cada colectivo de realización tendrá que crear con los recursos que de antemano se le brinden y tendrán que asegurar los máximos resultados de su obra con estos recursos financieros y materiales que existan y se le puedan brindar.

El productor ejecutivo de la obra, una vez decidida su realización, determinará los indicadores de consumo que se podrán brindar y a partir de esta decisión se proyectarán todas las acciones que sea necesario desarrollar. La eficacia de su labor se mediría por la adecuada administración de los recursos y la máxima exigencia de sus subordinados directos en la atención a sus responsabilidades ejecutivas y de control.

Se romperá la práctica, en alguna medida empleada en nuestro medio, de que para la realización de una obra audiovisual será necesario un cheque en blanco, para gastar todo lo que vaya apareciendo en el proceso productivo.

Se aplicará por tanto el principio universal de que el productor ejecutivo señala con cuanto se cuenta y el creador, con su colectivo de realización, tendrán que adaptarse a estos parámetros con eficiencia y alta calidad en la realización.

Las nuevas perspectivas de trabajo, que en definitiva se aprueben, requerirán un cambio diametral en las proyecciones de la programación, y exigirán antes de tomar la primera decisión de inicio de la producción, un estudio pormenorizado y multidisciplinario, muy superior al que actualmente se hace, que garantice antes de salir al aire, la máxima aceptación del público, y no como en ocasiones ha sucedido, cuando ya está en el aire, escuchar las críticas y desaprovechamiento de los recursos empleados, por un no agrado del público al cual va dirigida.

Otros caminos podrán irse implementando en los cambios que habrá que producir, como aquel de la “Producción libremente contratada”, de que ya algunos han hablado, que introducirá recursos hasta ahora inexplorados, y que aplicando principios similares de selección, produzcan un salto en las fuerzas productivas de nuestro medio que nos permitirá una más amplia presencia de obras cubanas, tanto en la radio como en la televisión, de estas posibilidades habrá que abrir un gran debate entre todos para iniciar esta nueva vertiente que de seguro, tendrá mucho éxito en sus resultados. Ya se han visto algunas obras realizadas con estos principios y se augura un futuro promisorio para la realización audiovisual.

Mucho nos queda por innovar, mucho habrá que cambiar, el camino tendremos que abrirlo todos, realizadores, trabajadores, economistas y directivos, fundamentalmente.

¿Cuál sería tu idea sobre este tema? Está abierto el dialogo.


Alejandro Martínez Pereira

Por eso hoy ¡A DEGÜELLO! continúa su carga mortífera, contra todo aquel que se enfrente a la Revolución y a sus ideas, que tiemblen nuestros modernos colonialistas o anexionistas, las huestes de Maceo, Máximo Gómez y Agramonte, ya ensillan sus cabalgaduras y se lanzan al monte.

Sunday, June 13, 2010

El gobierno de los bancos


Publicado el 13 Junio 2010 en Especiales
Por Serge Halimi, director de Le Monde Diplomatique
Tomado de Le Monde Diplomatique, edición de junio de 2010

El 10 de mayo de 2010, tranquilizados por una nueva inyección de 750.000 millones de euros en la caldera de la especulación, los tenedores de títulos de Société Générale ganaron un 23,89%. Ese mismo día, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, anunció que, por razones de rigor presupuestario, no se prorrogaría una ayuda excepcional de 150 euros a las familias en dificultades. Así, de crisis financiera en crisis financiera, crece la convicción de que el poder político ajusta su conducta a la voluntad de los accionistas.
Periódicamente, democracia obliga, los representantes electos convocan a la población a privilegiar a aquellos partidos que los “mercados” preseleccionaron por su inocuidad. La sospecha de prevaricación socava poco a poco la confianza en cada invocación al bien público. Cuando Barack Obama reprende al banco Goldman Sachs para justificar mejor sus medidas de regulación financiera, los republicanos difunden inmediatamente un spot (1) que recuerda la lista de donaciones que el Presidente y sus amigos políticos recibieron de “La Firma” en las elecciones de 2008: “Demócratas: 4,5 millones de dólares. Republicanos: 1,5 millones de dólares.
Los políticos arremeten contra la industria financiera, pero aceptan los millones que les aporta Wall Street”. Cuando, fingiendo su preocupación por proteger el presupuesto de las familias pobres, los conservadores británicos se oponen a que se fije un precio mínimo a las bebidas alcohólicas, los laboristas responden que se trata más bien de complacer a los dueños de los supermercados, hostiles a una medida semejante desde que convirtieron el precio de las bebidas alcohólicas en un producto gancho destinado a adolescentes fascinados por el hecho de que la cerveza pueda costar menos que el agua. Finalmente, cuando Sarkozy elimina la publicidad de los canales públicos, todos imaginan las ganancias que la televisión privada dirigida por sus amigos Vincent Bolloré, Martin Bouygues, etc. obtendrá de una situación que los exime de cualquier competencia en el reparto del botín de los anunciantes.
Este tipo de sospechas se remonta lejos en la historia. Ahora bien, muchos hechos que deberían escandalizar pero a los cuales uno se resigna se ven minimizados por un “Eso siempre ha existido”. Ciertamente, en 1887 el yerno del presidente francés Jules Grévy sacaba partido de sus parientes en el Elíseo para negociar condecoraciones oficiales; a comienzos del siglo pasado, la Standard Oil daba órdenes a muchos gobernadores de Estados Unidos. Y en lo que respecta a la dictadura de las finanzas, ya en 1924 se hacía referencia al “plebiscito cotidiano de los tenedores de bonos” -los acreedores de la deuda pública de la época-, también llamados el “muro de dinero”. No obstante, con el tiempo, algunas leyes regularon el papel del capital en la vida política. Incluso en Estados Unidos: a lo largo de la “era progresista” (1880-1920) y después del escándalo Watergate (1974), siempre como consecuencia de movilizaciones políticas. En cuanto al “muro de dinero”, las finanzas se colocaron bajo tutela en Francia tras la Liberación. En suma, eso “siempre ha existido”, pero eso también puede cambiar.
Y volver a cambiar… pero en el sentido contrario. El 30 de enero de 1976, la Corte Suprema de Estados Unidos anulaba varias disposiciones clave votadas por el Congreso que limitaban el papel del dinero en la política (fallo Buckley contra Valeo). ¿Razones invocadas por los jueces? “La libertad de expresión no puede depender de la capacidad financiera de los individuos para involucrarse en el debate público”. Dicho de otro modo, regular el gasto es coartar la expresión… En enero último, este fallo se amplió hasta el extremo de autorizar a las empresas a gastar lo que quisieran para impulsar (o combatir) a un candidato.
En otros lugares, desde hace unos veinte años, entre los antiguos aparatchiks soviéticos metamorfoseados en oligarcas industriales, los empresarios chinos que ocupan un lugar destacado en el seno del Partido Comunista, los jefes del Ejecutivo, ministros y diputados europeos que preparan, a la manera estadounidense, su reconversión en el “sector privado”, un clero iraní y militares paquistaníes embriagados por los negocios (2), el derrape venal se ha sistematizado. Esto influye en la vida política del planeta.
En la primavera de 1996, al término de un primer mandato muy mediocre, el presidente William Clinton preparaba su campaña de reelección. Necesitaba dinero. Para conseguirlo, tuvo la idea de ofrecer a los donantes más generosos de su partido pasar una noche en la Casa Blanca, por ejemplo en la “habitación de Lincoln”. Puesto que acercarse al sueño del “Gran Emancipador” no estaba ni al alcance de los bolsillos más pequeños ni era la fantasía obligada de los más grandes, se subastaron otros placeres. Como el de “tomar un café” en la Casa Blanca con el presidente de Estados Unidos. Por lo tanto, los potenciales donantes de fondos del Partido Demócrata se encontraron con numerosos miembros del Ejecutivo encargados de regular su actividad. El portavoz del presidente Clinton, Lanny Davis, explicó ingenuamente que se trataba de “permitir a los miembros de los organismos de regulación conocer mejor los asuntos de la industria en cuestión” (3). Uno de esos “cafés de trabajo” puede haber costado miles de millones de dólares a la economía mundial, favorecido el crecimiento de la deuda de los Estados, y provocado la pérdida de decenas de millones de empleos.
“Los pobres no hacen donaciones públicas”
Así, el 13 de mayo de 1996, algunos de los principales banqueros de Estados Unidos fueron recibidos durante noventa minutos en la Casa Blanca por los principales miembros de la Administración. Junto al presidente Clinton, el secretario del Tesoro, Robert Rubin, su adjunto encargado de Asuntos Monetarios, John Hawke, y el responsable de la regulación de los bancos, Eugene Ludwig. Por una casualidad seguramente providencial, el tesorero del Partido Demócrata, Marvin Rosen, también participaba en la reunión. Según el portavoz de Ludwig, “los banqueros discutieron la legislación futura, incluidas las ideas que permitirían quebrar la barrera que separa a los bancos de las demás instituciones financieras”.
Aleccionado por el crac bursátil de 1929, el New Deal había prohibido a los bancos de depósitos arriesgar imprudentemente el dinero de sus clientes, lo que obligaba luego al Estado a rescatar a esas instituciones por temor a que su eventual quiebra provocara la ruina de sus numerosos depositantes. Firmada por el presidente Franklin Roosevelt en 1933, la reglamentación, aún vigente en 1996 (ley Glass-Steagall), disgustaba fuertemente a los banqueros, preocupados por ser parte de los beneficiarios de los milagros de la “nueva economía”. El “café de trabajo” tenía como objetivo recordarle ese desagrado al jefe del Ejecutivo estadounidense en momentos en que éste se preocupaba por lograr que los bancos financiaran su reelección.
Unas semanas después del encuentro, los teletipos de agencia informaron que el Departamento del Tesoro enviaría al Congreso un paquete de leyes “que cuestionaba las normas bancarias establecidas seis décadas atrás, lo que permitiría a los bancos lanzarse ampliamente en el mercado de seguros y en el sector de los bancos de negocios e inversiones”. Lo que siguió es de público conocimiento. La derogación de la ley Glass-Steagall fue firmada en 1999 por un presidente Clinton reelecto tres años antes, en parte gracias a su botín de guerra electoral (4). Esta derogación atizó la orgía especulativa de los años 2000 (sofisticación cada vez mayor de los productos financieros, del tipo de créditos hipotecarios subprime , etc.) y precipitó el crac económico de septiembre de 2008.
En realidad, el “café de trabajo” de 1996 (hubo 103 del mismo tipo en el mismo periodo y en el mismo lugar) no hizo más que confirmar la fuerza de gravedad que inclinaba la balanza en el sentido de los intereses de las finanzas. Porque fue un Congreso de mayoría republicana el que enterró la ley Glass-Steagall, conforme a su ideología liberal y a los deseos de sus “mecenas”; los congresistas republicanos también recibieron dólares de los bancos. En cuanto a la Administración de Clinton, con o sin “café de trabajo”, no hubiera resistido mucho tiempo a las preferencias de Wall Street: su secretario del Tesoro, Robert Rubin, había dirigido Goldman Sachs. Al igual que Henry Paulson, a cargo del Tesoro estadounidense durante el crac de septiembre de 2008. Tras haber dejado morir a los bancos Bear Stearns y Merryl Lynch -dos competidoras de Goldman Sachs- Paulson rescató a American Insurance Group (AIG), una aseguradora cuya quiebra habría afectado a su mayor acreedor… Goldman Sachs.
¿Por qué una población que no está compuesta en su mayoría por ricos acepta que sus representantes satisfagan prioritariamente las demandas de los industriales, de los abogados de negocios, de los banqueros, al punto que la política termina consolidando las relaciones de fuerza económicas en lugar de oponerles la legitimidad democrática? ¿Por qué cuando esos mismos ricos son elegidos, se creen autorizados a exhibir su fortuna? ¿Y a proclamar que el interés general requiere satisfacer los intereses particulares de las clases privilegiadas, las únicas con el poder de hacer (invertir) o impedir (deslocalizar), y a las que por lo tanto es necesario seducir (”tranquilizar a los mercados”) o contener (lógica del “escudo fiscal”)?
Estas preguntas llevan a evocar el caso de Italia. En ese país, uno de los hombres más ricos del planeta no se sumó a un partido con la esperanza de influir en él, sino que creó el suyo, Forza Italia, para defender sus intereses empresariales. De hecho, el 23 de noviembre de 2009, La Repubblica publicó la lista de las dieciocho leyes que favorecieron al imperio comercial de Silvio Berlusconi desde 1994, o que le permitieron escapar a las acciones judiciales. Por su parte, el ministro de Justicia de Costa Rica, Francisco Dall’Anase, ya advierte sobre una etapa posterior. La que verá en ciertos países un Estado, ya no sólo al servicio de los bancos, sino de grupos criminales: “Los carteles de la droga se apoderarán de los partidos políticos, financiarán las campañas electorales, y tomarán luego el control del Ejecutivo” (5).
A propósito, ¿qué impacto tuvo la (nueva) revelación de La Reppublica en el destino electoral de la derecha italiana? A juzgar por su éxito en las elecciones regionales de marzo último, ninguno. Todo sucede pues como si el relajamiento habitual de la moral pública hubiera inmunizado a poblaciones resignadas a la corrupción de la vida política. ¿Por qué indignarse entonces cuando los representantes se preocupan continuamente por satisfacer a los nuevos oligarcas, o por alcanzarlos en la cima de la pirámide de los ingresos? “Los pobres no hacen donaciones públicas”, señalaba con bastante razón el ex candidato republicano a la presidencia John McCain, quien se convirtió en lobbista de la industria financiera.
Un mes después de su partida de la Casa Blanca, William Clinton ganó tanto dinero como en sus cincuenta y tres años de vida. Goldman Sachs le pagó 650.000 dólares por cuatro discursos. Por otro, pronunciado en Francia, cobró 250.000 dólares; esta vez, el que pagó fue el Citigroup. En el último año del mandato de Clinton, el matrimonio había declarado ingresos por 357.000 dólares; entre 2001 y 2007, sumó un total de 109 millones de dólares. Actualmente, la celebridad y los contactos adquiridos a lo largo de una carrera política se canjean sobre todo una vez que ésta carrera ha terminado. Los puestos de administradores en el sector privado o de asesor de bancos reemplazan ventajosamente un mandato popular que acaba de concluir. Y, como gobernar es prever…
Pero el “pantouflage” (6) ya no se explica únicamente por la exigencia de permanecer miembro vitalicio de la oligarquía. La empresa privada, las instituciones financieras internacionales y las organizaciones no gubernamentales conectadas a las multinacionales se convirtieron, a veces más que el Estado, en lugares de poder y de hegemonía intelectual. En Francia, el prestigio de las finanzas así como el deseo de forjarse un futuro dorado desviaron a muchos egresados de la Escuela Nacional de Administración (ENA), de la Escuela Normal Superior (ENS) o de la Escuela Politécnica de su vocación de servidores del bien público. El ex alumno de la ENA y de la ENS y ex primer ministro Alain Juppé confesó haber experimentado una tentación semejante: “Todos hemos estado fascinados, e incluso, perdón, los medios de comunicación. Losgolden boys , ¡era formidable! Esos jóvenes que llegaban a Londres y que estaban allí frente a sus ordenadores y transferían miles de millones de dólares en unos instantes, que ganaban cientos de millones de euros todos los meses, ¡todo el mundo estaba fascinado! (…) No sería del todo sincero si negara que yo mismo cada tanto me decía: ‘caramba, si hubiera hecho eso tal vez hoy estaría en una situación diferente’” (7).
“Ningún arrepentimiento” en cambio para Yves Galland, ex ministro de Comercio francés, convertido en presidente de Boeing France, una empresa competidora de Airbus. Ningún arrepentimiento tampoco para Clara Gaymard, esposa de Hervé Gaymard, ex ministro de Economía, Finanzas e Industria: tras haber sido funcionaria en Bercy (sede del ministerio), y luego embajadora itinerante delegada de la Agencia Francesa de Inversiones Internacionales, se convirtió en presidenta de General Electric France. Conciencia tranquila también para Christine Albanel, que durante tres años ocupó el Ministerio de Cultura y Comunicación. Desde abril de 2010, sigue a cargo de la comunicación… pero de France Télécom.
La mitad de los ex senadores estadounidenses se convierten en lobbistas , a menudo al servicio de las empresas que habían regulado. Lo mismo sucedió con 283 ex miembros de la Administración de Clinton y 310 ex miembros de la Administración de Bush. En Estados Unidos, el volumen de negocios anual del lobbying rondaría los 8.000 millones de dólares. Suma enorme, ¡pero con un rendimiento excepcional! En 2003, por ejemplo, el impuesto sobre las ganancias obtenidas en el extranjero por Citigroup, JP Morgan Chase, Morgan Stanley y Merril Lynch se redujo del 35% al 5,25%. Precio dellobbying : 8,5 millones de dólares. Beneficio fiscal: 2.000 millones de dólares. Nombre de la norma en cuestión: “Ley para la creación de empleos estadounidenses” (8)… “En las sociedades modernas -resume Alain Minc, egresado de la ENA, asesor (a d honorem ) de Sarkozy y (asalariado) de varios grandes empresarios franceses-, se puede servir al interés general en otro lugar que no sea el Estado, como en las empresas” (9). El interés general, todo está ahí.
Esta atracción por las “empresas” (y sus remuneraciones) no ha dejado de hacer estragos en la izquierda. “Una alta burguesía se renovó -explicaba en 2006 François Hollande, entonces primer secretario del Partido Socialista francés-, en momentos en que la izquierda asumía responsabilidades, en 1981. (…) Es el aparato del Estado el que proveyó al capitalismo de sus nuevos dirigentes. (…) Provenientes de una cultura del servicio público, accedieron al estatus de nuevos ricos, dando cátedra a los políticos que los habían designado” (10). Y que fueron tentados a seguirlos.
El mal les parece tanto menor cuanto que a través de los fondos de pensiones, los fondos de inversión, etc., un sector creciente de la población encadenó, a veces sin quererlo, su destino al de las finanzas. Actualmente, es posible defender a los bancos y a la Bolsa fingiendo preocuparse por la viuda sin recursos, por el empleado que compró acciones para mejorar su salario o garantizar su jubilación. En 2004, el ex presidente George W. Bush basó su campaña de reelección en esa “clase de inversores”. The Wall Street Journal explicaba: “Cuanto más accionistas son los electores, más apoyan las políticas económicas liberales asociadas a los republicanos. (…) El 58% de los estadounidenses tiene una inversión directa o indirecta en los mercados financieros, frente al 44% hace seis años. Ahora bien, en todos los niveles de ingresos, los inversores directos son más proclives a declararse republicanos que los no inversores” (11). Se entiende que Bush haya soñado con privatizar las jubilaciones.
“Esclavos de las finanzas desde hace dos décadas, los Gobiernos sólo se volverán contra éstas si los agreden directamente hasta el punto de que les parezca intolerable”, anunciaba el mes pasado el economista Frédéric Lordon (12). El alcance de las medidas que Alemania, Francia, Estados Unidos y el G-20 tomarán contra la especulación en las próximas semanas dirá si la humillación cotidiana que “los mercados” infligen a los Estados, y la cólera popular que aviva el cinismo de los bancos, despiertan en los gobernantes, cansados de ser tratados como lacayos, la poca dignidad que les queda.
Notas:
(1) Vídeo disponible en: www.monde-diplomatique.fr/19172
(2) Serge Halimi, “El dinero”; Behrouz Arefi y Behrouz Farahany, “El imperio económico de los ‘pasdaran’ “; y Ayesha Siddiqa, “Elecciones y negocios militares en Pakistán”, Le Monde diplomatique en español , enero de 2009, marzo de 2010 y enero de 2008 respectivamente.
(3) Esta cita, al igual que las dos siguientes, han sido extraídas de “Guess Who’s Coming for Coffee?”, The Washington Post , National Weekly Edition, 3 de febrero de 1997.
(4) Thomas Ferguson, “Le trésor de guerre du président Clinton”, Le Monde diplomatique , París, agosto de 1996.
(5) Citado por London Review of Books , Londres, 25 de febrero de 2010.
(6) Término que designa en Francia la migración de altos funcionarios de la Administración pública a confortables puestos del sector privado (N. del T.).
(7) “Parlons Net”, radio France Info, París, 27 de marzo de 2009.
(8) Dan Eggen, “Lobbying pays”, The Washington Post , 12 de abril de 2009.
(9) Radio France Inter, París, 14 de abril de 2010.
(10) François Hollande, Devoirs de vérité , Stock, París, 2006, págs. 159-161.
(11) Claudia Deane y Dan Balz, “‘Investor Class’ Gains Political Clout”, The Wall Street Journal Europe , 28 de octubre de 2003.
(12) “La pompe à phynance”, en http://blog.mondediplo.net , 7 de mayo de 2010.

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URL del artículo : http://www.cubadebate.cu/especiales/2010/06/13/el-gobierno-de-los-bancos/

Saturday, June 12, 2010

El caso Cuba y la “imprecisión” de las matemáticas, José Ramón Fabelo Corzo

Entre los muchos y graves problemas que afrontan los poderes instituidos del actual sistema-mundo capitalista, uno de ellos –parece no caber dudas al respecto - es con las matemáticas.

Sólo así parecería explicable que el ayuno voluntario de 2 individuos en Cuba requiera más atención en el Parlamento Europeo, en la Secretaría de Estado de los Estados Unidos y en los grandes medios informáticos que los más de 1000 millones de seres humanos que según la FAO padecen diariamente de hambre involuntaria en el mundo. Igualmente, y si de Cuba se trata, parece haber graves errores de cálculo aritmético cuando la mini-manifestación de un pequeño grupo de mujeres vestidas de blanco, que caben todas en una “guagua” cubana, merece mucho mayor repercusión en los medios internacionales que la mega-marcha multicolor de millones de cubanos que colmaron todas las principales calles de todas las más importantes ciudades del país el pasado 1ro de mayo, en apoyo al socialismo y en contra precisamente de la inflación mediática de hechos que - viéndolos sólo en su mero aspecto cuantitativo - fueran en cualquier otro lugar del mundo estadísticamente despreciables.

Sobra decir que esos mismos medios también minimizaron la enorme prueba de compromiso social que representó la asistencia a las urnas el pasado 25 de abril de 8 207 946 votantes (el 95.86 % del electorado cubano) y que la cantidad de votos válidos alcanzara la cifra de 7 478 760 (el 91.11 % de las boletas), datos nítidamente contrastantes, tanto con la imagen de caos social y crisis política que intenta enchufársele a Cuba, como con el llamado a no votar o a anular boletas que los detractores del proceso revolucionario - con el favor una vez más de los medios internacionales - hicieran previo a las elecciones.

Pero lamentablemente no se trata de una simple incapacidad hacia el cálculo aritmético de los estadistas y periodistas involucrados en esta feroz campaña tergiversadora de la realidad cubana. Si así fuera, la solución sería relativamente simple: humildemente podríamos sugerirles empezar por el uso del método cubano de alfabetización Yo sí puedo, basado precisamente en la asociación de letras y números y gracias al cual ya han podido ser alfabetizadas más de 3 millones de personas de 30 países - otras cifras que volátilmente se les escapan a los medios - . Y podrían continuar después con el método Yo sí puedo seguir, equivalente a la educación primaria.
En fin, si ese fuera el problema, la solución está a la mano. A propósito - y éste podría ser un tema sugerente para tantos periodistas interesados en Cuba - , estos métodos fueron creados en el país caribeño casi 40 años después de que “en casa” fuera erradicado el analfabetismo y cuando hacía ya mucho que el sistema educacional había garantizado la educación primaria gratuita para el 100% de sus niños y niñas. Otro enigma a resolver por la gran prensa sobre el extraño caso cubano.
Retomando el hilo de lo que veníamos exponiendo, no se trata de un ingenuo error de cálculo. El contraste entre lo que los medios ven en Cuba y lo que los propios cubanos viven y perciben de su realidad no es más que la expresión del radical conflicto de intereses entre los poderes instituidos internacionalmente y que en gran parte esos medios representan y las genuinas aspiraciones de la inmensa mayoría del pueblo cubano, mayoría representada en las cifras bien obvias que antes han sido expuestas.
Para nada esas cifras apuntan a una homogeneidad en el pensamiento de los cubanos ni a la asunción conformista del estado de cosas actual en la isla.
El cubano medio es muy crítico con su sistema social, desea y exige cambios. Sólo que estos no son los mismos cambios que le piden a Cuba el Parlamento Europeo y la Secretaria de Estado de los Estados Unidos. La diferencia raigal radica en que estos últimos desean que Cuba abandone su ruta alternativa y reconstruya su realidad social a la imagen y semejanza de ellos, asumiéndose a sí mismo como el modelo deseable para la rebelde isla caribeña.
Pero eso es precisamente lo que menos desea la apabullante mayoría de los cubanos que sale a desfilar por millones el 1ro de mayo en defensa del socialismo, una semana después de haber acudido a votar en igual o mayor cantidad no sólo para que sea electo el candidato de su preferencia, sino porque conoce que con su participación afianza un sistema social y político diferente, alternativo a ese otro que, signado la mayoría de las veces por la apatía y la abstención, pretende imponérsele como el único realmente válido.
Mientras que los cambios que los poderes imperiales promueven presuponen la muerte de la revolución, los cambios que la mayoría de los cubanos busca significan más revolución. Esa es la verdadera raíz del contraste. Se trata de dos direcciones absolutamente opuestas, aunque ambas realmente posibles en las circunstancias actuales.
¿Y cuál de esas posibles direcciones es la realmente deseable? ¿Cuál sería preferible desde el ángulo de los valores humanos que una y otra involucran? Me imagino la respuesta apresurada de esa “gran prensa”. Al atacar a Cuba tanto ha apelado a altisonantes categorías axiológicas como “libertad”, “democracia” y “derechos humanos” que le parecerá obvio que los valores estén de su lado.
Pero no vayas tan rápido, “gran prensa”. Aunque parezca a todas luces imposible, tratemos de pensar juntos lo más objetivamente que podamos las posibles consecuencias de que Cuba tome una u otra dirección.
Comencemos por los cambios que en su mayoría quieren los cubanos. Obviando los muchos matices que acá puede haber y sin pretender un inventario exhaustivo, estos cambios apuntan a:
a) La superación del monopolio estatal sobre los medios de producción en favor de una propiedad social diversa, que incluya multitud de formas cooperativas y que garantice siempre una verdadera relación de dueño de los trabajadores hacia los medios y los resultados de su producción;
b) Un verdadero empoderamiento de las bases sociales con un mínimo aparato burocrático, siempre sometido al control, no de otros burócratas, como ahora muchas veces ocurre, sino de esas mismas bases sociales. Éste sería el verdadero antídoto contra la corrupción y evitaría el peligroso alejamiento de la burocracia de las posiciones socio-clasistas del trabajador;
c) Preservación del ser humano como centro de todo el entramado social, pero no sólo como hombre genérico abstracto u hombre-estadística (reducido muchas veces a ser un número desde que nace hasta que muere en los datos sobre mortalidad infantil, esperanza de vida al nacer, nivel educacional, etc.), sino también y sobre todo como hombre concreto y diverso, con aspiraciones y proyectos de vida propios, no necesariamente homologables con los de los demás.
d) Mayor aprovechamiento en favor de los cambios necesarios de la capacidad crítica que la propia revolución ha creado en las distintas generaciones de revolucionarios, incluidos los jóvenes, de los que dependerá inevitablemente el futuro de la revolución. Superación, por ende, del excesivo paternalismo inter-generacional que, lejos de garantizar continuidad, podría engendrar incomunicación. Asunción, por lo tanto, de cada generación como interlocutora protagónica en la siempre necesaria reelaboración y puesta en práctica del proyecto revolucionario.
Como puede apreciarse, estos cambios no significan para nada la adopción de los patrones sociales que el capitalismo central quiere universalizar y perpetuar a toda costa. Todo lo contrario, significan una profundización en los cambios revolucionarios que el propio proceso cubano ha defendido desde sus orígenes: a) una propiedad que sea de verdad social, b) un poder que sea de verdad popular, c) un ser humano que sea de verdad central, d) una revolución que sea de verdad de todos los revolucionarios.
Sobre la superioridad en término de valores que presupone un proyecto de cambios que preserve la ruta alternativa que Cuba ha escogido remito al lector al excelente artículo de Carlos Fernández Liria titulado “¿Quién cabe en el mundo?”, [3] en el que demuestra de manera contundente, basado en el modelo de Mathis Wackernagel sobre la “huella ecológica” aplicado al estudio de 93 naciones, que Cuba es el único país con un índice de desarrollo humano relativamente alto (superior a 0.8) que al mismo tiempo tiene un desarrollo sostenible y una huella ecológica que de universalizarse a todo el planeta podría garantizar la supervivencia del mismo. El estudio muestra que la universalización de la huella ecológica de Gran Bretaña, por ejemplo, requeriría de 3 planetas Tierra y en el caso de Estados Unidos se necesitarían 5. De nuevo las matemáticas nos ayudan. Por supuesto que es superior un modelo social que garantice la preservación del único planeta Tierra de que disponemos y a la vez el alcance de un alto índice de desarrollo humano. Si el mundo fuera Cuba, la humanidad tendría fundadas esperanzas de sobrevivir a su propia autodestrucción. Y lo mejor de todo: garantizándole una vida digna a cada uno de sus habitantes. Claro que si el mundo fuera la Cuba de hoy, también necesitaría cambios, los mismos que hemos apuntado más arriba. Necesitaría cambios, pero no tantos ni tan radicales como los que de hecho hoy necesita por no ser y ni siquiera parecerse a lo que Cuba es.
Pero, ojo, las dos direcciones de cambio hoy planteadas como posibles para Cuba no son las únicas alternativas. Una tercera es la inmovilidad, el no-cambio. Y no es ésta tampoco una posibilidad abstracta, es también muy real y tiene una fuerza significativa. Tal vez sea esta posición la que más poder real tenga a su favor al interior del país porque es la que mejor responde a los intereses de una burocracia que, como cuasi-clase social, recibe provechos significativos de la actual situación y perdería privilegios con los cambios señalados aquí como necesarios.
Posición muy peligrosa, más seguramente que las campañas internacionales contra Cuba o los shows mediáticos que para espectadores extranjeros monta a cada rato la llamada disidencia interna. Inmovilismo es sinónimo de conservadurismo y el conservadurismo es la antinomia de la revolución.
Si la revolución dejara de cambiar dejaría de ser revolución y perdería el consenso aprobatorio que hoy mantiene. A la larga, el inmovilismo favorecería la dirección de cambios que hoy dice combatir. Hemos de estar alerta. Los cambios fundamentales que el pueblo reclama y que la máxima dirección del país ha reconocido como necesarios habrán de hacerse de manera muy bien pensada, pero también con la celeridad que las circunstancias exigen.
Este texto fue publicado originalmente con el título “Cuba necesita cambios, aunque muchos menos de los necesita el resto del mundo” en la revista argentina Sudestada, No. 89, junio 2010 (versión digital: http://www.revistasudestada.com.ar/web06/article.php3?id_article=695

Friday, June 11, 2010

Las tres dimensiones de la crisis (Parte III). Etapa y contradicciones Claudio Katz (especial para ARGENPRESS.info)

Las tres dimensiones de la crisis (Parte III). Etapa y contradicciones Claudio Katz (especial para ARGENPRESS.info)
La crisis actual asume otra escala si su estudio es abordado considerando todo el período neoliberal. En este caso los desajustes coyunturales que provocan los capitales sobre-acumulados, las mercancías sobre-producidas y los bienes intercambiados en forma desproporcional, quedan inscriptos en desequilibrios estructurales más significativos.

Estas contradicciones determinan las causas subyacentes de la crisis, que han sido generadas por las tensiones acumuladas durante dos décadas. Estos desequilibrios se procesan en la esfera de la demanda y en el comportamiento de la tasa de ganancia, en una nueva etapa del capitalismo.
Otro período, otras crisis

Desde la mitad de los años 80 la mundialización neoliberal introdujo cambios significativos en el funcionamiento del sistema, basados en la ofensiva que perpetraron los poderosos contra las conquistas sociales. Este ataque condujo al deterioro de las condiciones de trabajo en los países avanzados y al empobrecimiento de la periferia, en un marco de expansión del capital hacia nuevos sectores (privatizaciones, educación, salud, pensiones) y nuevos territorios (ex países socialistas).

El capitalismo comenzó a operar en un contexto de creciente mundialización comercial, financiera y productiva. Esta mutación fue favorecida por el desenvolvimiento de una revolución informática, que generalizó el uso de las computadoras en la actividad económica, modificando los patrones de fabricación, venta y consumo de los bienes. La misma innovación brindó a los bancos un nuevo soporte para gestionar las finanzas.

Es importante subrayar que estas transformaciones fueron implementadas en un contexto político de repliegue de los sindicatos y reflujo de las ideas anticapitalistas. La ideología neoliberal -propagada por los medios de comunicación que maneja el establishment- alcanzó una inédita difusión. (1)

Otras caracterizaciones del mismo proceso resaltan la centralidad de la ofensiva patronal y distinguen la influencia económica de la globalización del impacto político e ideológico del neoliberalismo. Describen como las grandes corporaciones aprovecharon la existencia de fuertes diferencias internacionales de empleos y salarios, para acrecentar sus lucros. Estas desigualdades fueron utilizadas para introducir nuevas formas de control patronal en el proceso de trabajo, que los empresarios imponen amenazando desplazar sus firmas a otros países. (2)

Este diagnóstico es objetado, a veces, señalando que el nuevo modelo no ha logrado suscitar aumentos significativos de la productividad y es muy vulnerable a las burbujas financieras. Se afirma que la gravitación lograda por las empresas transnacionales está socavada por su desmesurada concentración y por la inestabilidad que genera su absorción de recursos del resto de la economía. Otro cuestionamiento plantea que el neoliberalismo no consiguió impulsar un crecimiento sostenido, por la erosión que introdujo en los mecanismos de regulación estatal. (3)

Pero ninguno de estos planteos desmiente la existencia de un nuevo período. Se debate su grado de consistencia, pero no la vigencia de una etapa diferenciada. Quiénes consideran que el modelo actual es más inestable que su antecesor, no cuestionan la preeminencia que ha logrado.

Estas coincidencias son mucho más importantes que las controversias sobre el grado de coherencia o el tipo de contradicciones que presenta el esquema actual. Cualesquiera sean las evaluaciones sobre su futuro, es evidente que el neoliberalismo ha consumado un cambio sustancial en la dinámica del capitalismo. La aceptación de estas mutaciones permite analizar su correlato en el terreno de la crisis.

Los nuevos desequilibrios presentan una fisonomía diferente a sus equivalentes del siglo XX. Estas convulsiones incluían hipertrofia financiera, pero no los mecanismos de titularización, derivados o apalancamientos creados durante dos décadas de internacionalización de las finanzas, desregulación bancaria y gestión bursátil de las grandes firmas.

Lo mismo ocurre con la sobreproducción de mercancías. A diferencia de la norma anterior, los excedentes actuales presentan un carácter global, resultante de la competencia por abaratar costos localizando plantas en países con bajos salarios y alta explotación de la fuerza de trabajo.

También las desproporcionalidades entre China y Estados Unidos constituyen peculiaridades de un período muy distinto a la etapa clásica de posguerra (1945-73) y a la ruptura de este esquema (1973-82), que anticipó el período en curso (1982- ).¿Cómo se deberían analizar las contradicciones de la nueva etapa?

Enfatizar lo cualitativo

Muchos analistas han tratado de esclarecer los desequilibrios actuales dirimiendo si se ha consumado o no, una nueva onda larga de crecimiento económico. Algunos estiman que este movimiento ascendente se verifica desde los años 90. Presentan como indicios de este curso, las elevadas tasas de crecimiento en las actividades lideradas por las empresas transnacionales, en distintos sectores productivos y zonas geográficas. (4)

La tesis opuesta rechaza este diagnóstico presentando datos de bajo crecimiento en el promedio mundial, junto a evaluaciones políticas de desorden global y falta de liderazgo hegemónico. De esa caracterización deducen la continuidad de una onda descendente, que ya arrastraría más de cuarenta años. (5)

Pero en estos términos el debate se empantana, ya que resulta tan difícil demostrar la reaparición del floreciente período de posguerra, como corroborar la simple continuidad de una etapa declinante. Los signos de la onda ascendente contrastan con la intensidad y reiteración de las crisis coyunturales en las últimas décadas. Pero la tesis opuesta de persistente declive, eterniza esa caída y desconoce el impacto del neoliberalismo en la reestructuración del capital.

La discusión es más conceptual que empírica, ya que no existe un dato universalmente indicativo del perfil que asume un período. Un promedio de crecimiento elevado no tiene la misma validez para fines del siglo XX, que para la mitad de la centuria siguiente o el debut del siglo en curso. Lo mismo rige para las distintas zonas. El incremento del 5% anual del PBI, que se considera elevado para Estados Unidos es muy bajo para China.

Una distinción que hemos introducido entre los conceptos de etapa y fase podría contribuir a esclarecer el problema. Identificamos la primera noción con el funcionamiento diferenciado del sistema y la segunda con el predominio de una tónica de crecimiento o estancamiento económico en el mediano plazo. (6)

En lugar de asociar estrictamente ambos fenómenos con ondas largas, destacamos que la existencia de una nueva etapa no tiene un correlato directo en el crecimiento productivo. Con este criterio puede afirmarse que la era de posguerra ha sido totalmente sustituida, sin dar lugar a otro período general de pujanza económica. Lo importante es la existencia de una dinámica cualitativamente diferenciada y no el predominio de elevados niveles de actividad.

La vigencia de una etapa neoliberal es parcialmente independiente del ritmo de la producción. En las últimas dos décadas la dinámica de la acumulación se alteró en forma sustancial, sin configurar un patrón nítido de evolución del PBI. Se ha creado un contexto muy heterogéneo, con fuertes desigualdades regionales y sectoriales, que mixturan prosperidad y estancamiento. Las formas que adoptan las crisis están esencialmente determinadas por este inédito marco.

Los desequilibrios del período neoliberal difieren de las tensiones que afloraron en los años 60 y 70 con el agotamiento del estado de bienestar. Son contradicciones resultantes de los nuevos problemas y no arrastres de las tensiones precedentes. Quiénes interpretan al estallido del 2008-10, como otro peldaño de una larga turbulencia de cuatro décadas, observan continuidades dónde hubo rupturas. No registran que la crisis del modelo keynesiano fue cerrada con el ascenso neoliberal, que inauguró otro esquema con otros desajustes.

Es importante notar estas singularidades para evitar la simplificadora identificación del neoliberalismo con el estancamiento. El modelo en curso ha generado nuevas turbulencias porque también cobijó el resurgimiento parcial de la acumulación. Si el sistema hubiera languidecido los desajustes presentarían otro tenor.

Las nuevas contradicciones estructurales se procesan en dos esferas: la realización del valor de las mercancías y la valorización del capital. Este impacto implica una afectación simultánea de la demanda y la rentabilidad, a una escala que supera los periódicos sacudones de la coyuntura.

Crisis de realización

Los desequilibrios en la esfera del consumo son claramente perceptibles. Al recortar los salarios, expandir el desempleo y multiplicar la pobreza, el neoliberalismo provocó un deterioro de los ingresos populares, que afectó el poder de compra de los trabajadores. Por esta vía se generaron obstrucciones a la materialización del valor de las mercancías y reaparecieron las dificultades para realizar en los circuitos de venta, la plusvalía que los capitalistas extraen a los asalariados.

Numerosos autores ilustran como se expandido esta contradicción durante el neoliberalismo. Estiman que un modelo de permanente atropello al nivel de vida de las masas, necesariamente desemboca en asfixias de la demanda. Los beneficios que los capitalistas consumaron reduciendo costos han deteriorado del poder de compra. (7)

Otros analistas detallan en qué aspectos este desequilibrio distingue al capitalismo actual de su precedente. Mientras que el modelo fordista incluía significativas compensaciones salariales al incremento de la productividad, el esquema neoliberal se basa en priorizar la competencia por reducir los costos salariales, creando una fuerte brecha entre el incremento de la producción y la capacidad de consumo. (8)

En las últimas dos décadas esta fractura se ha verificado en forma dramática en la miseria del Tercer Mundo y en el flagelo del hambre. En las regiones más expoliadas del planeta, la degradación de los ingresos populares tuvo efectos devastadores. Esta regresión golpea a los subalimentados de África, Asia o América Latina.

El hambre aumentó sin pausa en las últimas dos décadas y en la actualidad afecta a 1.200 millones de personas. El capitalismo neoliberal amputa la fuente básica de subsistencia de una sexta parte de la población mundial. Según estimaciones del FMI solo por efecto de la crisis financiera actual otras 53 millones de personas caerán en la pobreza extrema, provocando la muerte de 1,2 millones de niños. (9)

Pero esta limitación del consumo no ha sido el dato dominante en el resto del mundo, ni la característica central del modelo vigente. Este esquema contrarrestó mediante diversos mecanismos la compresión de la demanda.

En primer lugar incentivó el consumo de las capas altas y medias de los países desarrollados. Los protagonistas de estas adquisiciones no solo fueron sectores enriquecidos con el sufrimiento popular. También hubo importante participación de segmentos adicionales, que desplegaron sofisticadas corrientes de compra de bienes prescindibles.

Este consumismo difiere del consumo de masas que amplió la canasta de los bienes necesarios durante el boom de la posguerra. El nuevo paquete de compras reemplazó las viejas adquisiciones indispensables por un gasto más voluble y adaptado al acortamiento del ciclo de vida de los productos.

La competencia neoliberal reforzó la producción de bienes sujetos a la obsolescencia acelerada de los procesos de fabricación. Con enormes dispendios publicitarios, los consumidores son inducidos a desechar los productos adquiridos antes de su utilización plena. Esta compulsión torna más vulnerable la demanda, que pierde los rasgos de mayor estabilidad que tuvo el consumo fordista.

El nuevo esquema de compras se ha expandido junto al extraordinario incremento de la polarización social (especialmente en Estados Unidos). En lugar asociar el incremento de la demanda con mejoras del ingreso popular, el nivel de compras ahora se encadena al volumen del endeudamiento.

Este nuevo patrón de consumo frecuentemente presenta también un sustento patrimonial. En este caso las compras son inducidas por la riqueza acumulada por las familias bajo la forma de inversiones en bonos o acciones. Los precios de estos papeles son más determinantes del consumo que la evolución del ingreso salarial.

Por esta razón los factores que inciden en la “confianza del consumidor” han quedado tan enlazados al vaivén de los distintos mercados financieros. Las adquisiciones de bienes se expanden junto a los ciclos de apreciación bursátil e inmobiliaria y se retraen en los períodos de pérdidas o pánico financiero. Esta relación explica el gran impacto que ha tenido el reciente estallido financiero sobre la conducta del consumidor norteamericano. (10)

La crisis de realización que generó el neoliberalismo fue contenida con endeudamiento familiar. Este contrapeso permitió mantener el poder adquisitivo, a pesar del estancamiento de los salarios, el aumento del trabajo precario y la extensión del desempleo. Los trabajadores recurrieron al auxilio crediticio y con este flujo de préstamos se frenó la caída potencial del consumo.

Pero como este incremento de los pasivos alcanzó cifras astronómicas, los asalariados han quedado transformados en clientes acosados por deudas. El agobio que generan los vencimientos financieros coexiste con los padecimientos que impone la explotación laboral. Mediante estos mecanismos compensatorios se mantuvo activa la demanda, en un cuadro de contracción de los ingresos populares.

Este esquema de consumo se asienta, además, en una estructura distributiva altamente polarizada a nivel global. El 5% más rico de la población mundial acapara actualmente un volumen de ingresos 114 veces superior al 5% más pobre. Son muy representativos de este mapa los gastos de publicidad, que en un 75% se concentran en 8 países de Norteamérica y Europa (2003). La exigua participación del 80% de los habitantes del planeta en el 14% del consumo privado total, ilustra también esa fractura de la demanda. (11)

Esa brecha es un rasgo central del esquema imperante en las últimas décadas. Mientras que la mundialización generalizó la producción excedentaria de bienes y la sobre-abundancia de capitales, el neoliberalismo ha reforzado las disparidades geográfico-sociales. Esta polarización global profundizó la segmentación del consumo, acentuando la intensidad potencial de los desequilibrios de realización.

Pero estas fracturas fueron también compensadas por distintos caminos. En las últimas décadas se registró una expansión de la demanda, junto a la penetración del capital en los ex “países socialistas” y en las economías intermedias. Por esa vía importantes segmentos de la población saltaron un peldaño en la escalera del consumo, superando su vieja condición de adquirientes de productos básicos. En ciertos países muy poblados (como China e India) se forjó incluso una nueva clase media, que comienza a absorber mercancías de cierta sofisticación.

De la misma forma que la producción de bienes de capital neutralizaba los ciclos de sub-consumo durante el siglo XIX, las nuevas formas de compra han morigerado la fragilidad potencial de la demanda que introdujo el neoliberalismo. Los mecanismos de endeudamiento, financiarización y consumismo cumplen un rol compensatorio, semejante al jugado por los mercados de equipamiento durante el capitalismo naciente. Estos contrapesos han impedido hasta ahora el estallido de los desequilibrios de realización.

Crisis de valorización

El comportamiento de la tasa beneficio constituye otra contradicción estructural del esquema actual. La evolución de esta variable ha sido potencialmente socavada en las últimas décadas por la generalización de nuevas tecnologías, que disminuyen la gravitación porcentual del trabajo vivo, en que se sustenta la generación de la plusvalía apropiada por los capitalistas.

Este proceso reproduce una tendencia intrínseca de la acumulación a deteriorar la tasa de beneficio, a medida que la inversión reduce la proporción del trabajo inmediato incorporado a las mercancías, en comparación al trabajo muerto ya objetivado en fábricas, maquinarias o materias primas. Este curso de la acumulación determina un aumento de la composición orgánica del capital, que a su vez contrae tendencialmente la tasa de ganancia, asentada en la plusvalía confiscada a los asalariados. Varios autores han subrayado este origen de la crisis en desequilibrios de valorización, que el neoliberalismo ha recreado. (12)

Hay tres indicios de este incremento de la composición orgánica del capital durante las últimas décadas. En primer lugar la inversión aumentó en forma muy significativa en las economías asiáticas, que se transformaron en el nuevo taller global de la industria contemporánea. Las altas tasas de explotación alimentadas por los bajos salarios (especialmente de los trabajadores emigrantes de las zonas rurales) situaron el nivel de inversión promedio de China en elevadísimos porcentuales. Este grado de capitalización explica por qué razón afloran con tanta fuerza las situaciones de sobre-capacidad industrial en ese país, cuándo se contrae el comercio mundial. (13)

El mismo incremento de la proporción de maquinarias en relación a la mano de obra se ha verificado, en segundo lugar, en todas las regiones y sectores asociados con la actividad de empresas transnacionales. Estas compañías han liderado el aumento de la productividad, especialmente a través de una intensa informatización del proceso productivo.

Esta revolución tecnológica introdujo crecientes turbulencias y precipitó severas crisis (como el descalabro bursátil de las punto.com a principios de la década). El impacto de la informática sobre la tasa media de productividad de las principales economías ha suscitado fuertes discusiones entre los economistas. Pero cualquiera sea el alcance de esa transformación es indudable que induce una reducción de la plusvalía directamente generada por el trabajo vivo.

El tercer indicio de este proceso es la destrucción de empleos que genera la creciente incorporación de tecnologías capital-intensivas. El virulento incremento de la desocupación es la manifestación visible de este cambio. A medida que se expande la automatización, la pérdida de empleos supera en cada recesión la creación posterior de puestos de trabajo. Con las nuevas tecnologías, la contratación de trabajadores por unidad de capital invertido es invariablemente menor.

En todos los análisis de la desocupación norteamericana se destaca este componente estructural, que determina exigencias crecientes de incrementos del PBI para preservar el ritmo de creación de empleos. Algunas estimaciones destacan que no solo la recesión ha causado el desmoronamiento laboral. También la automatización hizo desaparecer 5,6 millones de puestos de trabajo desde el año 2000 y el crecimiento de la productividad ha bloqueado el ingreso de nuevos asalariados a la actividad corriente de las fábricas. (14)

Los tres procesos en curso de alta inversión externa de empresas transnacionales, revolución informática y desempleo estructural han aumentado la composición orgánica del capital y el consiguiente deterioro porcentual de la tasa de ganancia. Sin embargo, numerosas investigaciones coinciden en subrayar que este nivel de rentabilidad se ha mantenido elevado desde mitad de los años 80. (15)

Otros estudios ilustran cómo esta recomposición ha sido más significativa en las empresas que operan a escala transnacional, en comparación a las firmas que actúan solo a nivel nacional. La tasa de ganancia se elevó y se bifurcó, con márgenes diferenciados en ambos tipos de corporaciones. (16)

Estas evaluaciones indican que la recuperación de la tasa de beneficio que acompaña al neoliberalismo se ha mantenido, a pesar de todos los procesos internos de la acumulación que empujan hacia la caída de esa variable. Tal como ha ocurrido con los desequilibrios de realización, las fuerzas que contrarrestan el deterioro de la valorización del capital han frenado esa declinación. Otra contradicción central de modelo actual continúa gestándose sin llegar a la superficie.

Este contrapeso fue logrado, ante todo, mediante el incremento de la tasa de explotación. Hubo un contundente estancamiento de los salarios impuesto por la flexibilización laboral, la presión del desempleo y la pobreza de amplios segmentos de la población. La esencia del neoliberalismo radica en este atropello y las evidencias de esta agresión son abrumadoras.

El abaratamiento de materias primas ha sido otro factor compensatorio de la caída de la tasa de ganancia, que tuvo una evolución más contradictoria. Durante la mayor parte de la etapa neoliberal esta depreciación fue significativa, pero tendió a revertirse en el último quinquenio.

También ha registrado un comportamiento disímil la desvalorización de capitales obsoletos, que constituye el principal factor de contrapeso a la disminución tendencial de la tasa de beneficio. Bajo el neoliberalismo operó un proceso contrapuesto de socorro estatal a los empresarios en quiebra y reorganización de las firmas menos competitivas. En general, se verificó una importante limpieza de capitales, que dio lugar a depreciaciones de capital constante y a depuraciones de empresas obsoletas.

La secuencia de bancarrotas y fusiones son ilustrativos de esta cirugía. A diferencia del capitalismo clásico, en la época actual el estado interviene directamente en el proceso de depuración de las empresas. Muchas firmas son estatizadas y reorganizadas, antes de ser nuevamente privatizadas. La secuencia de valorización-revalorización del capital se consuma a través de esta mediación estatal. Es muy discutible cuál ha sido la magnitud de este proceso, pero todo indica que ha sido suficiente para preservar la recuperación el lucro empresario durante las últimas dos décadas. (17)

Este ascenso también confirma, que todas las burbujas financieras registradas durante esta etapa se nutrieron de mejoras reales del beneficio patronal. La crisis del 2008-09 ha provocado un desplome de esas ganancias y las pérdidas sufridas por los bancos y las Bolsas anticipan rojos en los balances de las empresas.

Pero este tipo de caídas de corto plazo acompañó hasta ahora a todos los ciclos del período neoliberal, sin afectar la recuperación estructural de rentabilidad. La gran incógnita de la crisis actual es si pondrá fin a esos contrapesos. La respuesta a este interrogante requiere evaluar distintos escenarios.

Ver también:
- Las tres dimensiones de la crisis (Parte II). Coyuntura político-social
- Las tres dimensiones de la crisis (Introducción y Parte I)

Notas:
1) Hemos expuesto este enfoque en: Katz Claudio, “Capitalismo contemporáneo: etapa, fase y crisis”. Ensayos de Economía, Facultad de Ciencias Humanas y Económicas, vol 13, n 22, septiembre 2003, Medellín.
2) Mc Donough Terence, “Social structures of accumulation theory: the state of art”, Review of Radical Political Economics, vol 40, n 2, spring 2008. Mc Donough Terrence, “What does long wave theory have to contribute to the debate on globalization”?, Review of Radical Political Economics, vol 35, n 3, summer 2003.
3) La primera objection es de O´ Hara y la segunda de Kotz. O´Hara Phillip, “A new financial social structure of accumulation in the US for long wave upswing?”, Review of radical political economy, vol 34, n 3, summer 2002. O´Hara Phillip, “A new transnational corporate social structure of accumulation for long wave upswing in the world economy?”, Review of Radical Political Economics, vol 36, n 3, summer 2004. Kotz David, “Neoliberalism and the Social Structure of Accumulation”, Review of Radical Political Economics, vol 35, n 3, summer 2003.
4) Martins Carlos Eduardo, “Los impasses de la hegemonía de Estados Unidos”, Crisis de hegemonía de Estados Unidos, CLACSO Siglo XXI 2007. Dos Santos Theotonio. “El renacimiento del desarrollo”. OIKOS, n 1, año 9, 1er semestre 2005.
5) Wallerstein Immanuel Capitalismo histórico y movimientos anti-sistémicos: un análisis de sistemas -mundo, 2004, Akal, Madrid, (cap 28).
6) Katz, “Capitalismo contemporáneo” (obra citada).
7) Esta tesis postulan: Wolfson Martin, “Neoliberalism and the social structure of Accumulation”, Review of Radical Political Economics, vol 35, n 3, summer 2003. Kotz David, “Contradictions of economic growth in the neoliberal era”, Review of Radical Political Economics, vol 40, n 2, spring 2008.
8) Navarro Vicenc, “Las causas de la crisis mundial actual”, Sistema Digital, 3-1-2010 www.redescristianas.net
9) La Nación, 24-4-10.
10) Esta relación es analizada por: Johsua Isaac, “Capitalism: fin d´epoque?”, Contretemps, n 1, 1 er trimestre 2009, Paris.
11) Migone Andrea, “Hedonistic consumerism”, Review of Radical Political Economics, vol 39, n 2, spring 2007.
12) Explicaciones con este fundamento en: Carchedi Guglielmo, “The return from the grave, or Marx and the present crisis”, 7-7-09, www.isj.org.uk. Harman Chris, “The slump of the 1930, and the crisis today”, International Socialism n 121, London, January 2009.
13) Hart-Landsberg Martín, “China, capitalist accumulation and the world crisis”, XII International Conference of Economist on Globalization, La Havana, march 2010.
14) Aversa Jeanine, “Por qué es tan difícil reducir el desempleo”, Clarín, 2-2-10. Goodman Peter, “La pesadilla americana de vivir sin trabajo por años”, New York Times-Clarín, 22-2-10.
15) Estimaciones contundentes de esa recuperación presentan por ejemplo, Moseley Fred, “The U.S. economic crisis, causes and solutions”, International Socialist Review, March-April 2009. Valle Baeza, “Una explicación de la gravedad de la actual crisis estadounidense, XI Encuentro Internacional sobre Globalización y problemas del Desarrollo, La Habana, 2-6 marzo 2009. Husson Michel, “Le dogmatisme n’est pas un marxisme”, www NPA 2009.org
16) Los datos de este proceso son presentados por Caputo Orlando, “La crisis actual de la economía mundial: una nueva interpretación teórica e histórica”, XI Encuentro Internacional sobre Globalización y problemas del Desarrollo, La Habana, 2-6 marzo 2009.
17) Ver: Post Charlie, “Crisis theory”, Solidarity, New York, October 19, 2008.

Claudio Katz es economista, Investigador, Profesor. Miembro del EDI (Economistas de Izquierda).