¿Quiénes somos? Somos un grupo de revolucionarios invencibles, que no nos rendiremos jamás, que lucharemos en todos los frentes, incluso en el de las ideas.

COLABORADORES

 _ TEMOR Ramón Ramón Diapur, Comisión de Redacción ¡ ¡A DEGÜELLO!,!,

Es asombroso y a la vez justificado el temor que inspira la Revolución Cubana a no pocos dirigentes estatales y gubernamentales de este mundo, representantes de los ricos, de los explotadores, de los privilegiados.

Temor a que los pueblos de sus países hagan lo que el cubano: Tomar el poder político, destronar a la burguesía nacional, enfrentar al imperio en todos los escenarios, defender la libertad-independencia-soberanía, eliminar la propiedad privada, liquidar la explotación del hombre por el hombre, proponerse construir el socialismo inspirado en la ideología marxista leninista, llevar a la práctica nuevos y superiores conceptos de internacionalismo y solidaridad, fomentar elevados valores sociales como la igualdad, la fraternidad, la justicia y la dignidad. Temor a que la clase que representan pierda los privilegios.

Por eso amplifican a más no poder las imperfecciones de nuestro país, las reales y las que ellos inventan a su antojo. El poder de sus medios de información dirigidos a las masas se encarga de sembrar la duda, el escepticismo y la confusión en los ingenuos, incluyendo a muchos amigos que Cuba tiene en el mundo. También de dar argumentos a las componendas reaccionarias y contrarrevolucionarias, de organizar campañas para desprestigiar y desestabilizar la Revolución.

Llama la atención que teniendo tantos problemas que atender en sus respectivas sociedades, como el hambre, el desempleo, el azote de enfermedades, el analfabetismo y la insuficiente educación, los crímenes y la violencia, la falta de seguridad en la ciudadanía, la droga, las protestas públicas de los trabajadores ante los abusos, el desamparo de la niñez, las injusticias y desigualdades, la corrupción, la politiquería y muchos otros males, haya gobernantes que desvíen la atención de los problemas internos de sus países para ocuparse de los derechos humanos en el nuestro.

Esta actitud concita la asociación de tales elementos, que se unen para engañar a sus pueblos, adormecerlos y --sobre falsas bases-- fomentar en ellos sentimientos anti-cubanos y anti-socialistas, tratando de transpolar los mismos hasta nuestros compatriotas. Por suerte, son pocos los tontos e incautos que se hacen eco de las infamias que se publican contra nuestra obra y muchos, muchísimos, los que la defienden.

Pero llama más la atención aun, el hecho de que logren influir en amigos de Cuba en el exterior y en gente sana de nuestro pueblo. Por esto tenemos que contraatacar con toda la fuerza que podamos y tomar la ofensiva. Hay mucho bueno que podemos decir sobre la obra revolucionaria, empezando por los mismísimos derechos humanos.

El pueblo, la Revolución y el Estado tienen el derecho de defenderse de los que intentan regresar al pasado, al capitalismo, a la dependencia e inclusive a la pretensión de anexión de Cuba a los EEUU, y a desmontar los avances logrados en la integración latinoamericana. Tenemos que mantenernos firmes ante las amenazas imperiales y las acciones de sus acólitos-vende patrias internos.

Y ese derecho se ejerce conforme a la ley, juzgando y sancionando a quienes la violan. No dejándolos sin empleo, desapareciéndolos, torturándolos o asesinándolos, como ocurre en muchos países de los que intentan darnos lecciones sobre derechos humanos.

Duele ver a farsantes delincuentes comunes erigirse en banderas de los derechos humanos, aupados por intereses espurios, que llegan al extremo de hacer huelgas de hambre y hasta morir. A tal grado de felonía llegan algunos, que realmente son los menos culpables; a estos hay que buscarlos entre los tramposos que han aprendido a vivir y a hacer dinero de la politiquería, del entreguismo, de la traición a la patria, tanto de los que viven aquí como los que viven allá afuera, ya saben donde.

El temor al ejemplo de Cuba y la consiguiente reacción de los enemigos, acerca de lo cual hablamos en los primeros párrafos de este trabajo, es totalmente fundamentada y coherente. Es consecuente con el instinto de conservación propio de los animales. Cuba Socialista significa una amenaza moral a los intereses y la estabilidad de los poderosos, por lo que hay que destruirla.

De nosotros dependerá que alcancen su propósito.

Confiemos en los líderes y en la ideología que nos han guiado victoriosamente hasta aquí, reforcemos la unidad y la vinculación con nuestros dirigentes, cumplamos nuestros deberes laborales y revolucionarios, continuemos preparándonos en todos los terrenos, seamos cada día más firmes ante las amenazas y acciones del enemigo, no le demos tregua a los mercenarios internos del imperio, y no perdamos jamás el optimismo y la esperanza.

No nos dejaremos arrebatar las conquistas que tanta sangre y sudor, tanto sacrificio y esfuerzo, han costado.


José Manuel Betancourt Poveda

ALE: Gracias por responderme rápido!!! Sí, imagino el esfuerzo que
despliegas... Cuando digo "estamos en guerra" y cuáles las características
del mensaje político, estoy aplicando la experiencia personal de Angola y
las enseñanzas de "un veterano político" que me instruyó cómo se hace para
llegar a los combatientes enrolados en una situación de ese tipo. Ahora es
así; tú mismo citas a Martí en su reflexión de que " se nos hace la guerra
de ideas..."
OJALÁ PUDIESE COLABORAR CON UDS.!! pero sinceramente pienso que no tengo
el talento necesario, o al menos no sé escribirlo, plasmarlo en papel...
Un concepto claro para mí es que hay que acudir MÁS a lo ético, moral,
patriótico, y hasta altruistas ejemplos del ACCIONAR DE LOS HOMBRES a lo
largo de nuestra historia; para, de forma breve, llegar AL CORAZÓN de cada
patriota...
Favor, mándame los próximos Boletines
DIMITRI

¡A DEGÜELLO!, GRACIAS DIMITRI, NO SABES EL ESFUERZO PERSONAL QUE HAGO CON ESTA LABOR REVOLUCIONARIA, MUCHAS HORAS ME LLEVA LA SELECCIÓN DE MATERIALES Y LA DECISIÓN FINAL DE LO QUE INCLUYO, SE QUE ME ESTA QUEDANDO LARGO Y QUE TIENE POCOS DETALLES ESTETICOS Y DE FORMA QUE AYUDARÍAN A MEJOR SU LECTURA, PERO EN ESO TRABAJO, POCO A POCO Y DESDE LA MARCHA LO IRE ARREGLANDO, NO PODIA ESPERAR A QUE LOS INFORMATICO ME AYUDARAN PARA COMENZAR, EL COMBATE POLITICO NO PODIA ESPERAR A LOS SUPERTECNICOS QUE DEBEN AYUDARME, POR ESO ME LANZO EN ESTA BATALLA.
ESPERO MEJORARLO Y HACERLO MAS COMBATIVO E INTELIGENTE.
TU OPINION ES UN ESTÍMULO AL TRABAJO, ME AYUDA A CONTINUAR.
GRACIAS.

ALEJANDRO

1ro. de Mayo, “Día de los trabajadores”
LENIN Y LA DICTADURA DEL PROLETARIADO Ramón Ramón Diapur, Comisión de Redacción ¡A DEGÜELLO!,


Lo que vimos y sentimos en la Plaza de la Revolución el pasado 1ro. de Mayo, cuando cientos de miles de trabajadores, masiva y contundentemente, en marcha combatiente, hicieron temblar al pavimento de la avenida Paseo, y también a los reductos de escoria que lucran en los micro-grupúsculos contrarrevolucionarios, a los que inventan falacias y mentiras dentro y fuera del país tratando de desprestigiar y desestabilizar a la Revolución, a los que fantasean con “disidentes” huelguistas de hambre, a la gusanera mafiosa y terrorista de Miami y a los círculos reaccionarios del propio Gobierno de les EEUU, es muestra palpable del apoyo del pueblo a la Revolución y de lo que es la Dictadura del Proletariado.

Desde que me inicié en los estudios del marxismo leninismo, y más particularmente de los asuntos relacionados con la Teoría del Estado y la Revolución, allá por 1961, me atrajo poderosamente la atención el concepto de Dictadura del Proletariado, aunque debo reconocer que la palabra dictadura me sonaba bastante fea, lo que estaba condicionado por las dictaduras burguesas conocidas, particularmente la más cercana, la batistiana, y por mi poca cultura política (Tenía entonces 18 años y no había leído una sola palabra sobre marxismo leninismo).

En diversos textos, encontré consideraciones sobre dicho concepto que coinciden con los que tengo incorporados en mi acervo personal, después de muchos análisis de la teoría y la práctica revolucionaria en nuestro país, y de apreciar el contenido sin subestimar las forma. Si lo desea, acompáñeme en la lectura:

La dictadura del proletariado es un tipo de régimen político postulado por el marxismo que asegura la fase de transición revolucionaria del capitalismo al socialismo y a la sociedad comunista.

La existencia de cualquier tipo de Estado implica la dictadura de una clase social sobre otra. En el régimen capitalista, incluso en las mayores condiciones de democracia burguesa, existe una dictadura de la burguesía, en detrimento de los trabajadores y del conjunto del pueblo.

La dictadura del proletariado sería la etapa inmediatamente posterior a la toma del poder por parte de la clase obrera y los trabajadores, en la que se crea un nuevo estado, el cual, como cualquier otro, sería una dictadura de una clase sobre otra, en este caso, de los obreros, campesinos y trabajadores sobre la burguesía y los terratenientes desalojados del poder.

Una vez alcanzado el poder por una legítima revolución de carácter socialista, la instauración de la dictadura del proletariado es inevitable, pues los burgueses y terratenientes se negarán a ser expropiados, organizarán la contrarrevolución y lucharán con todos los medios --incluidas las armas-- para subvertir el proceso revolucionario y recuperar sus riquezas y privilegios.

La experiencia histórica demuestra que a la violencia de los contrarrevolucionarios, hay que responder con la violencia revolucionaria, o no habrá tránsito del capitalismo al socialismo y al comunismo. Esta es la esencia de la Dictadura del Proletariado.

Según Marx y Engels:



“[…] mientras el proletariado necesite todavía del Estado, no lo necesitará en interés de la libertad, sino para someter a sus adversarios, y tan pronto como pueda hablarse de libertad, el Estado como tal dejará de existir."



“Democracia para la mayoría gigantesca del pueblo y represión por la fuerza, es decir, exclusión de la democracia, para los explotadores, para los opresores del pueblo: he ahí la modificación que sufrirá la democracia en la 'transición' del capitalismo al comunismo».”

En palabras de Lenin:

“[...] el desarrollo hacia el comunismo pasa a través de la dictadura del proletariado, y no puede ser de otro modo, porque el proletariado es el único que puede, y sólo por este camino, romper la resistencia de los explotadores capitalistas.



“Pero la dictadura del proletariado, es decir, la organización de la vanguardia de los oprimidos en clase dominante para aplastar a los opresores, no puede conducir tan sólo a la simple ampliación de la democracia. A la par con la enorme ampliación del democratismo, que por primera vez se convierte en democracia para los pobres, en un democratismo para el pueblo, y no un democratismo para los sacos de dinero, la dictadura del proletariado implica una serie de restricciones puestas a la libertad de los opresores, de los explotadores, de los capitalistas. Debemos reprimir a éstos, para liberar a la humanidad de la esclavitud asalariada, hay que vencer por la fuerza su resistencia, y es evidente que allí donde hay represión, donde hay violencia, no hay libertad ni hay democracia.”

"Cuando se nos reprocha la dictadura de un solo partido y se nos propone, como habéis oído, un frente único socialista, decimos: 'Sí. ¡Dictadura de un solo partido! Sobre este terreno pisamos y no podemos salirnos de él, pues se trata de un partido que ha conquistado, a lo largo de varios decenios, el puesto de vanguardia de todo el proletariado fabril e industrial'.

"A pesar de todo, nosotros (los comunistas) somos en la masa del pueblo como una gota en el mar, y sólo podemos gobernar cuando expresamos acertadamente lo que el pueblo piensa. De otra manera, el Partido Comunista no conducirá al proletariado, ni el proletariado conducirá a las masas, y toda la máquina se desmoronará".

Después de leer este último párrafo, piense y razone sobre lo que ocurrió en la URSS 70 años después… Me ahorro mis comentarios.

El concepto de dictadura del proletariado es un concepto estatal, que encierra la idea de violencia.

La historia se ha encargado de demostrar que los explotadores no aceptan pacíficamente que su hora terminó. Ellos se resisten a ser expropiados y a supeditarse a los intereses de los trabajadores, por lo que ambas cosas hay que lograrlas sin excluir el uso de la violencia. La dictadura del proletariado no se ejerce contra el pueblo, contra los trabajadores, sino por estos sobre los que fueron sus opresores y quieren retrotraer la sociedad a la situación anterior, de explotación y miseria para aquellos.

Debemos dejar claro que

Lenin concebía la dictadura del proletariado en el sentido de que debía ejercerse solamente cuando fuera necesario, y solamente contra los enemigos de los trabajadores, del pueblo y de la Revolución.
Hay quienes identifican la dirección del Partido con la dictadura del proletariado, tergiversando a Lenin, atribuyendo falsamente al Partido funciones de violencia con respecto a la propia clase obrera, a los trabajadores y al pueblo.
También los hay que atribuyen al Partido funciones de violencia, que no les son propias, faltando a las exigencias elementales a que deben responder, para ser acertadas las relaciones entre la vanguardia y la clase, entre el Partido y el proletariado, entre el partido y los trabajadores, entre el Partido y el pueblo.
Lenin define las relaciones entre el Partido y la clase, entre los miembros del Partido y los sin-partido de la clase obrera y de todo el pueblo, como relaciones de "confianza mutua entre la vanguardia de la clase obrera y la masa obrera, entre la vanguardia y los trabajadores, entre la vanguardia y el pueblo".
El Partido debe estar muy atento al sentir de los trabajadores y las masas, su instinto revolucionario, verificar constantemente la experiencia de la lucha y constatar de manera permanente si su política es acertada. No sólo debe enseñar a las masas, sino también aprender de ellas.

También debe conquistar, día tras día, la confianza de los trabajadores y del pueblo; y mediante su política y su labor, debe ganarse el apoyo de las masas. No debe ordenar, sino persuadir, convencer. El Partido debe ser guía, dirigente y maestro.

Son ideas de Lenin:

"Seguramente, hoy casi todo el mundo ve ya que los bolcheviques no se hubieran mantenido en el Poder, no digo dos años y medio, sino ni siquiera dos meses y medio, sin la disciplina rigurosísima, verdaderamente férrea, de nuestro Partido, sin el apoyo total e incondicional prestado e él por toda la masa de la clase obrera, es decir, por todo lo que ella tiene de consciente, honrado, abnegado, influyente y capaz de conducir tras de sí o de arrastrar a las capas atrasadas."



"La dictadura del proletariado es una lucha tenaz, cruenta e incruenta, violenta y pacífica, militar y económica, pedagógica y administrativa, contra las fuerzas y las tradiciones de la vieja sociedad. La fuerza de la costumbre de millones y decenas de millones de hombres es la fuerza más terrible. Sin un partido férreo y templado en la lucha, sin un partido que goce de la confianza de todo lo que haya de honrado dentro de la clase, sin un partido que sepa pulsar el estado de espíritu de las masas e influir sobre él, es imposible llevar a cabo con éxito esta lucha."



Según Lenin, el correcto papel del Partido, del Estado y de la dictadura del proletariado se logra:



“Primero, por la conciencia de la vanguardia proletaria y por su fidelidad a la revolución, por su firmeza, por su espíritu de sacrificio, por su heroísmo.



“Segundo, por su capacidad de ligarse, de acercarse y, hasta cierto punto, si queréis, de fundirse con las más amplias masas trabajadoras, en primer término con las masas proletarias, pero también con las masas trabajadoras no proletarias.



“Tercero, por lo acertado de la dirección política que ejerce esta vanguardia, por lo acertado de su estrategia y de su táctica políticas, a condición de que las masas más extensas se convenzan de ello por experiencia propia.”



“Sin estas condiciones, no es posible la disciplina en un partido revolucionario verdaderamente apto para ser el partido de la clase avanzada, llamada a derrocar a la burguesía y a transformar toda la sociedad. Sin estas condiciones, los intentos de implantar una disciplina se convierten, inevitablemente, en una ficción, en una frase, en gestos grotescos.



“Pero, por otra parte, estas condiciones no pueden brotar de golpe. Van formándose solamente a través de una labor prolongada, a través de una dura experiencia; su formación sólo se facilita con una acertada teoría revolucionaria que, a su vez, no es un dogma, sino que sólo se forma definitivamente en estrecha relación con la experiencia práctica de un movimiento verdaderamente de masas y verdaderamente revolucionario.



"Para alcanzar la victoria sobre el capitalismo, hace falta una correlación acertada entre el partido dirigente -- el Partido Comunista --, la clase revolucionaria -- el proletariado -- y las masas, es decir, la totalidad de los trabajadores y explotados. Sólo el Partido Comunista, si realmente forma la vanguardia de la clase revolucionaria, si encuadra a los mejores representantes de la misma, si está formado por comunistas conscientes y fieles a carta cabal, instruidos y templados en la experiencia de una tenaz lucha revolucionaria, si ha sabido ligarse inseparablemente a toda la vida de su clase y, a través de ella, a toda la masa de los explotados, e inspirar a esta clase y a esta masa confianza plena; sólo un partido de esta naturaleza es capaz de dirigir al proletariado en la lucha más implacable, en la lucha decisiva, en la lucha final, contra todas las fuerzas del capitalismo.



“Por otra parte, sólo bajo la dirección de un partido de esta naturaleza puede el proletariado desplegar toda la potencia de su empuje revolucionario, reduciendo a la nada la inevitable apatía -- en ocasiones resistencia -- de esa pequeña minoría que integran la aristocracia obrera, corrompida por el capitalismo, los viejos líderes de las tradeuniones (organizaciones sindicales) y de las cooperativas, etc.; sólo así puede el proletariado desplegar toda su fuerza, que, por la estructura económica misma de la sociedad capitalista, es inconmensurablemente mayor que la proporción que representa en la población."

De lo expresado por V. I. Lenin, podemos concluir:

Que el prestigio del Partido y la disciplina férrea de la clase obrera y los trabajadores, indispensables para la dictadura del proletariado, no se basan en el temor ni en los derechos "ilimitados" del Partido, sino en la confianza que ellos tienen en el Partido, en el apoyo de ellos al Partido.
Que la confianza en el Partido no se adquiere de golpe ni por medio de la violencia sobre la clase obrera, los trabajadores y el pueblo, sino mediante una larga labor del Partido entre las masas, mediante una acertada política, por la capacidad del Partido para lograr que las masas se persuadan por propia experiencia de lo acertado de dicha política, y por la capacidad del Partido para asegurarse el apoyo y hacer que le sigan.
Que sin una acertada política y la confianza que depositen en él, no puede haber una verdadera labor de dirección del Partido.
Que el Partido y su dirección, no pueden ser opuestos a la dictadura del proletariado, en el sentido que expresara Lenin, pues sin la dirección del Partido que goza de la confianza de la clase obrera, los trabajadores y las masas, no puede haber una dictadura del proletariado estable.
Si no se dan estas condiciones, el prestigio del Partido y la disciplina férrea de los dirigidos serán solamente frases sin sentido. Si el partido revolucionario no cuenta con la mayoría de los trabajadores y campesinos, y del pueblo, no se puede hablar de revolución.

Con la vanguardia sola es imposible consolidar el triunfo. Lanzar sola a la vanguardia a la batalla, cuando las masas no han adoptado aún una posición de apoyo directo a ésta vanguardia, solo conduciría al fracaso.

Dirigir significa convencer a las masas del acierto de la política del Partido; lanzar consignas y ponerlas en práctica, que lleven a las masas a las posiciones del Partido; elevar a las masas al nivel de conciencia del Partido y asegurar así su apoyo, su disposición para la lucha decisiva en los momentos más difíciles.

En nuestro país no se ha acuñado la frase de Dictadura del Proletariado y sin embargo, nuestros enemigos se han obstinado en endilgárnosla, no en su sentido justo, leninista, sino en el distorsionado, como una variante de las dictaduras capitalistas, como lo fueron las dictaduras prerrevolucionarias fascistas en Cuba.



Lo cierto es que el poder está en manos de las mayorías, del pueblo y de los trabajadores, dirigidos por el Partido. La unidad de amplias mayorías de las clases obrera y campesina, con los demás trabajadores manuales e intelectuales, hacen posible ejercer la coerción sobre las minorías que intentan frenar el paso de las transformaciones, restablecer el capitalismo y restituir el dominio imperialista. Es así como interpretamos nosotros --por antonomasia-- a la Dictadura del Proletariado, porque ya nuestros obreros y trabajadores no son realmente proletarios, pues ahora son los verdaderos dueños de los medios de producción y de las riquezas del país. En tal sentido, no le tengamos miedo al término. Habrá, entonces, Dictadura del Proletariado, mientras existan los que quieren reimplantar la dependencia del imperialismo y del capitalismo; mientras existan los reaccionarios, mercenarios, vendepatrias y anexionistas, que pretenden desestabilizar o deponer nuestro Estado Socialista.



Trabajamos seguros de que, sin un partido de vanguardia, sin el apoyo de las masas, sin un estado representativo de los cambios revolucionarios, sin una clara ideología, sin una mano firme, sin el empleo eventual de la fuerza contra los que detentaron el poder y las riquezas, contra los explotadores expropiados, contra el imperialismo, la Dirección del país no habría podido hacer la revolución ni plantearse la construcción del Socialismo.

Mayo de 2010.