¿Quiénes somos? Somos un grupo de revolucionarios invencibles, que no nos rendiremos jamás, que lucharemos en todos los frentes, incluso en el de las ideas.

NUESTRA AMÉRICA

Los esperpentos
A los pseudoperiodistas que aseguran -ilusos- vender el mañana por unas cuantas monedas. La multitud en la calle donde raramente caminan les alimenta esa acre sensación de soledad, cada uno de ellos transita solo en medio especi¬menes de su misma especie, tropezando con otros en esa maraña de desconocidos que viéndose de reojo evitan las urgidas palabras de una mirada, no perciben su propio aliento solo el eco sordo de sus voces moduladas, arrastran como cadenas sin fe sus propias penas -nunca las ajenas-.

Expertos en mercadear adulaciones en justificar golpes de Estado en mimetizar sangre con tinta de periódico o saliva fétida, en sus labios ocultan candados sin llaves, sus párpados siembran silencios sin suspiros sus facciones maquillan sollozos sin promesas, el corazón les trae ajeno a su pecho, las venas hinchadas de avaricia impiden su vuelo no su prisa, caminan, corren, avanzan necios al inevitable encuentro con su segunda muerte.
Alex Darío Rivera M.
Santa Bárbara, S. B. Honduras


MI AMIGA, LA ESPÍA DE RUSIA
(Sobre Vícky Peláez, presa en las ergástulas de USA)

POR WINSTON ORRILLO
(Premio Nacional de Periodismo del Perú)
Estoy seguro que ninguno de los americanos que piensan -porque alguno habrá que lo haga- creerá en la difundida noticia de que la muy querida ³chola² Vicky Peláez, reportera hasta los huesos y periodista de polendas, se había metamorfoseado en espía al servicio de Rusia.

Esto suena a humor negro, si no fuera la más preclara muestra del intento de amedrentamiento que, en el llamado paraíso de la libertad, se hace contra una periodista -y contra el periodismo, en general- que se atreve a poner la pica en Flandes, denunciar el sinsentido del Establishment y decirle al pan, pan y al vinoŠvinagre (en este caso).

Las columnas de Vicky Peláez, cusqueña si mal no recuerdo, eran como un tábano, como un permanente aguijón que desenmascaraba la pseudodemocracia del •american way of life y, en cada una de sus notas, reportajes, artículos de opinión, sentaba cátedra acerca de lo que sigue siendo la misión fundamental del periodismo: decir la verdad le pese a quien le pesare.

Reedición de la mítica lucha de David contra Goliat, la pluma impertérrita de la periodista peruana era un permanente ariete contra la mascarada en la que se funda la avariciosa y genocida política del imperialismo norteamericano y sus turiferarios.
Decir la verdad es reeditar lo que escribiera nuestro más ilustre pensador, José Carlos Mariátegui. Mutatis mutandis, él pergeño lo que sigue: ³para un intelectual, para un pensador ( para un periodista -añadimos nosotros-) la prisión no es sino un accidente de trabajo.

El haber urdido ese mamarracho de acusación contra Vicky Peláez, lo repetimos, es un caso más de amedrentamiento contra la libertad de expresión. Tarea para la SIP (digo, es un decir), pero mejor se la encargamos a la querida FELAP. Y a los organismos defensores de los periodistas en nuestro país, llámense Colegio de Periodistas o Federación Nacional de Periodistas.

Abanderada permanente del hombre nuevo y de sus expresiones en la patria de Martí, en la República Bolivariana de Venezuela, en la Nicaragua de Sandino reencarnado, en la meseta altiplánica de Evo y su élan milenario, en el Ecuador de Rafael, que echa al tacho de basura el TLC: éstos son en realidad, sus delitos
Pensar libremente (y escribirlo), amar ese nuevo mundo, esa nueva humanidad que ha emprendido su marcha de gigante, y no se detendrá hasta lograr su 2da y definitiva independencia.

He ahí una suma de las culpas de Vicky Peláez. Su acusador: el imperialismo y su reencarnación en la mascarada de Obama, Premio Nóbel de la Paz, paradójico y desvergonzado organizador del envío de miles y miles de soldados -de carne de cañón norteamericana, pero más del contingente de inmigrantes tercermundistas- para que succionen el petróleo del Medio Oriente; y a quien hasta sus propios generales escarnecen.

¡Qué se puede esperar de un país que mantiene un insensato y criminal bloqueo de más de medio siglo, contra la Cuba invicta y paradigmática; y a cuyos mejores hijos -sus Cinco Héroes- mantiene en ominosas prisiones, acusados de terrorismo, a ellos que, precisamente, infiltrados entre la mafia de miameros, buscaban obliterar los atentados ídem (terroristas), que se organizaban desde ese nido de ratas contra el pueblo revolucionario de Fidel.
Ya nuestro hermano mayor, el Comandante de América, Ernesto Che Guevara nos había enseñado a no creerle ³ni un tantico así² al imperialismo y a sus cantos de Sirena. En eso estamos.

¡Cómo silenciar la voz pugnaz de Vicky Peláez? Inventándole un prontuario de espía al servicio de Rusia un poquito demodé (anacrónica) la acusación, caída como está la Cortina de Hierro y sofocado el llamado ³peligro rojo²

Pero parece que en la CIA aún se encuentran en el siglo pasado. Entre el imperialismo y la historia, hay un mar muerto. Pero cualquier camelo se puede pasar, si se cuenta -como ellos cuentan- con el muy moderno terrorismo mediático.

Ya veremos, en los días que vendrán, llenas columnas y páginas de los pasquines de la emputecida trasnacional informativa, en las que se dará cuenta del ³prontuario² de nuestra hermana y ejemplar periodista Vicky Peláez. Están advertidas estas situaciones previsibles, que se extienden, asimismo, a la telebasura y a las cotorrientas radioemisoras, igualmente turiferarias del statu quo.

De todos modos, es hora de ver, enhiestas, las voces de los colegas periodistas e intelectuales, no solo, por cierto del Perú, sino de toda Nuestra América, a favor de esta limpia y denodada periodista que, como decía Martí, “en las entrañas del monstruo!, se atrevía a denunciarlo, con el desafío de peligros como el que ahora la mantiene -esperamos que temporalmente- confinada.
Saludos a Vicky Peláez, honra a su pluma salutífera y desmitificadora.

“La entrega de siete bases militares a EEUU por parte de Álvaro Uribe constituye un sometimiento abyecto que avergüenza a los colombianos" Fernando Arellano Ortiz (CRONICON, especial para ARGENPRESS.info)

Como una entrega descarada de la soberanía nacional por parte de quien funge hasta el 7 de agosto de 2010 como “el mayordomo de esta especie de colonia que están montando Estados Unidos en Colombia”, calificó el senador del Polo Democrático Alternativo (PDA), Jorge Enrique Robledo, la entrega de siete bases militares para que sean operadas y controladas por tropas norteamericanas.

Robledo es un destacado dirigente de la izquierda colombiana que ha liderado una tenaz lucha contra las políticas neoliberales impuestas en Colombia desde la década de los 90, razón por la cual se ha caracterizado por ser contundente opositor a los Tratados de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos y la Unión Europea que con ahínco impulsa el gobierno de Uribe Vélez.



En ese sentido este congresista colombiano ha sido un vehemente defensor de la soberanía nacional y ha dado en los últimos ocho años una serie de debates en el Senado de la República, en la prensa, en los foros y en la academia, que ha permitido a amplios sectores de la opinión pública nacional comprender a cabalidad los efectos perniciosos y los graves riesgos que tendrán para la economía de Colombia la aplicación de los malhadados TLC.



A raíz del anuncio del gobierno colombiano de entregar siete bases militares (Palanquero, Malambo, Cartagena, Tolemaida, Apiay, Larandia y Bahía Málaga) al Comando Sur de los Estados Unidos bajo el pretexto de la lucha contra el narcotráfico y el terrorista, lo cual se formalizó a través de un acuerdo suscrito el 30 de octubre de 2009, el dirigente del PDA ha venido denunciando en forma vehemente desde diversos espacios públicos la cesión de soberanía y ha coadyuvado una demanda ante la Corte Constitucional presentada por la Comisión Colombiana de Juristas.

Por ser un referente en Colombia de la lucha contra el modelo económico inicuo e inequitativo imperante, el Observatorio Sociopolítico Latinoamericano WWW.CRONICON.NET lo invitó a reflexionar sobre los efectos de la cesión de soberanía del gobierno colombiano para los fines militares de Washington, tema que, como él bien afirma, “avergüenza a la mayoría de los colombianos”.



Bases militares para vigilar y amenazar a la región

- Si se tiene en cuenta el rotundo fracaso de la política antidrogas de Estados Unidos en Colombia, ¿cuál cree usted que es el verdadero trasfondo de la concesión del gobierno de Uribe Vélez de siete bases militares colombianas a Washington para que operen tropas norteamericanas?



- Con independencia de la lucha antidrogas es evidente que el tipo y número de bases no tienen como propósito fundamental perseguir el narcotráfico, porque estamos hablando de bases de carácter estratégico. Se trata de aviones de vuelos continentales, de radares que cubren todo el continente, entonces es claro que se utiliza la política antinarcóticos y la presencia de guerrilla en Colombia para justificar lo que es parte de la estrategia de guerra de Estados Unidos por el control de América Latina y el mundo. Son unas bases calculadas para vigilar y amenazar primero que todo a Colombia, pero además a todo el continente americano y eso ensambla con las bases norteamericanas que tienen regadas por todos los confines de la tierra.



- ¿Qué norma constitucional o legal autoriza al gobierno colombiano para conceder la utilización de bases militares a tropas extranjeras?

- No hay ninguna norma que autorice que en Colombia se instalen bases y tropas extranjeras. Existe una norma que habla del tránsito de tropas extranjeras y lo que se va a presentar en Colombia es lo contrario, es un asentamiento de tropas. Pero además está dicho en la Constitución que las relaciones internacionales se tienen que fundamentar en la soberanía nacional y deben desarrollarse preferencialmente buenos vínculos de vecindad con las naciones del continente americano, o sea, todo esto hace que sea abiertamente inconstitucional la decisión de imponer esas bases. Y cuando además no se tramita por el Congreso como un tratado formal entre Estados Unidos y Colombia se viola nuevamente la Constitución. Este gobierno no lo tramita ante el órgano legislativo como se debiera porque tiene como propósito evitar a como dé lugar el trámite de revisión de constitucionalidad. Es muy grave que ahora que la Corte Constitucional aceptó estudiar el caso por una petición ciudadana, haya salido el Procurador General de la Nación a decir que no se debe revisar, ante lo cual estamos muy cerca de que una decisión de ese calibre no tenga concepto de constitucionalidad. En contraste, el Consejo de Estado ha señalado que ha debido tramitarse como una ley de la República que es lo que ordena la Constitución para tratados de este tipo.

- ¿Hay alguna demanda presentada ante la Corte Constitucional para impugnar la decisión del gobierno Uribe de permitir el uso de bases militares colombianas por parte de tropas extranjeras?

- Sí, hay una demanda que presentó la Comisión Colombiana de Juristas ante la Corte Constitucional y que ya fue admitida. Yo estoy coadyuvando en esta petición, porque aquí hay un problema de por medio y es que ese tipo de decisiones en el ordenamiento jurídico colombiano no está claro quien las revisa, y ahí está el truco del gobierno, por eso el Procurador le dijo a la Corte que se abstenga de hacerlo. En consecuencia, estamos ante la monstruosidad de que hay algún tipo de decisiones del Estado que no son objeto de revisión de constitucionalidad. Es algo de una gravedad inaudita.



Álvaro Uribe es el mayordomo de Estados Unidos

- ¿Se puede afirmar sin tapujos que ante esta circunstancia Colombia es un país ocupado?

- Colombia es un país muy sometido a la dominación del imperialismo norteamericano porque estamos hablando de que estas son bases imperialistas, esto hay que decirlo además con todas las letras, porque están concebidas para la guerra y para atacar militarmente al país que sea necesario agredir. En ese sentido nuestra situación de sujeción al imperialismo se agrava muchísimo y esto da un nivel de ocupación supremamente grande.



- ¿Usted considera que Álvaro Uribe otorgó estas siete bases militares a Washington para asegurar la aprobación del Tratado de Libre Comercio, o le da otra lectura?

- Yo pienso que Uribe representa en Colombia de manera clarísima los intereses foráneos y los de las minorías que en este país se benefician de la dominación extranjera. Es para proteger esos intereses que Uribe entrega esas bases. Es decir, actúa como lo hiciera un imperialista en Washington, solo que éste resulta ser el mayordomo de esta especie de colonia que están montando Estados Unidos en Colombia.



- ¿La utilización de tropas norteamericanas de bases y complejos militares colombianos debe entenderse también como una acción de espionaje electrónico a los países de la región?

- Todo lo que se desprenda de ahí, por supuesto que son bases de vigilancia y amenaza continental, en eso no hay discusión. El primer país vigilado y amenazado es Colombia pero también todo el continente, por eso no hay un solo país de América Latina que respalde esas bases. Porque aquí se ha tratado de hacer creer que solo el presidente venezolano Hugo Chávez y el presidente ecuatoriano Rafael Correa son lo que se oponen. No, se oponen Brasil, Argentina, Chile y todos los países de la comunidad latinoamericana que no pueden estar de acuerdo porque todos son vigilados y amenazados. Es más, desde una posición estratégica probablemente las bases apunten de manera más precisa contra Brasil que es quien podría ser el día de mañana un contrincante en la geopolítica americana. Y en ese sentido cuando Álvaro Uribe alega soberanía para tomar la decisión pues estamos ante una monstruosidad, porque alegar soberanía para entregar la soberanía solo se le ocurre a una mente bien perversa, pero además hay un hecho y es que uno no puede hacer en su territorio cualquier cosa porque aquí hay vecinos. Es decir, esas bases también son contra los países vecinos. Por lo tanto, alegar soberanía para prohibirle a los vecinos que hablen de esta situación amenazante es parte de la mente retorcida y astuta de Álvaro Uribe.



La peor decisión de Colombia en toda su historia

- ¿Ahora, en términos políticos esta decisión del gobierno de Uribe Vélez como afecta la soberanía nacional?

- Estamos empezando a conmemorar los doscientos años de la independencia de Colombia y de América. ¿Y que fue la independencia? Por sobre todo, primordialmente, fue sacar las tropas extranjeras, en este caso españolas del territorio nacional, porque no puede haber soberanía si un país está ocupado militarmente y sometido a la amenaza de una potencia extranjera. Entonces es obvio que esta es la peor decisión política de la historia de Colombia, porque el único país del mundo que está en posibilidades de ocupar militarmente a Colombia y convertirlo en un Vietnam, un Irak, un Afganistán, se llama Estados Unidos. Darle precisamente a ese país la posibilidad de instalar sus tropas en siete puntos fundamentales de la geografía nacional nos reduce a muy poco la soberanía y nos amenaza en materia gravísima. Qué harán esas tropas norteamericanas si el día de mañana en Colombia se instala un gobierno que por ejemplo diga que no quiere mantener el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. ¿Cómo funcionarán? ¿No harán nada? ¿O si harán? Y cuando digo harán no es necesariamente militarmente en el sentido estricto de que echen bala, que también la pueden echar, sino las mil formas de desestabilización, de espionaje y de intervención en los asuntos internos de los países que están ahí planteados en el acuerdo.



- ¿Toda esta situación de intromisión terminará afectando los derechos humanos en Colombia?

- Por supuesto que sí, porque todos sabemos que Estados Unidos es un imperio que procede en defensa de los intereses de sus transnacionales y de sus concepciones imperialistas, para lo cual el respeto a los derechos humanos nunca ha sido un obstáculo. Para ese imperio los derechos humanos no son más que una retórica y no le importa violarlos de la manera más brutal si tiene que defender sus conveniencias. Hoy los está violando en Irak, en Afganistán, en Guantánamo… Pero recordemos una cosa y es que uno de los principales derechos humanos es la autodeterminación de las naciones que a veces se pierde de vista, y ese es uno de los aspectos fundamentales que se está amenazando en este caso.



- ¿Colombia está aislada internacionalmente por ser obsecuente de los dictados de Washington, y al mismo tiempo por ser su principal aliado político en América Latina?

- Yo creo que una buena parte del aislamiento de Colombia tiene que ver con esta decisión, y en general con su actitud de sometimiento abyecto ante los intereses de los Estados Unidos que nos avergüenza a los colombianos. Es que aquí ha habido exclamaciones como las del ex presidente Bush, diciendo que “el presidente Uribe nos da más de lo que le pedimos”. Obama dice que va a inundar el mundo de productos norteamericanos a través de los tratados de libre comercio y el presidente Uribe y sus amigos celebran eso y piden que el TLC llegue cuanto antes. Es que el grado de abyección y sometimiento de Uribe nos avergüenza a los colombianos ante el mundo.



- ¿Cuál cree que debe ser la decisión política que tendría que asumir el nuevo gobierno colombiano que se instale el 7 de agosto respecto del tema de las bases militares?

- Debería desmontar cualquier tipo de presencia de tropas extranjeras en el territorio nacional, pero eso por supuesto no es pensable con gente del corte de un Juan Manuel Santos, una Noemí Sanín, un Antanas Mockus o un Rafael Pardo, que ni siquiera lo están planteando.

Perfil

La conjunción de docencia, investigación y política es el sustento de la trayectoria del senador Robledo, quien antes de acceder a una curul en el Senado de Colombia fue el impulsor del Movimiento de Salvación Agropecuaria que organizó como consecuencia de la aplicación de las políticas neoliberales que han devastado el sector rural colombiano.



En 2002 llegó por primera vez al Congreso de la República, destacándose por haber asumido desde un principio una posición nacionalista y, fundamentalmente, por defender los intereses de los pequeños y medianos agricultores. En 2006 fue reelegido al Senado por el Polo Democrático Alternativo, obteniendo un apreciable apoyo electoral y en marzo de 2010 gracias a su liderazgo político y a su intensa actividad parlamentaria fue reconocido con una de las votaciones más altas del país al lograr un contundente apoyo en las urnas del orden de los 160 mil votos.



Nació en Ibagué en 1950, donde vivió hasta 1968. Es Arquitecto de la Universidad de los Andes y entre 1976 y 2002 fue profesor de tiempo completo en la Universidad Nacional de Colombia, sede Manizales, lo que lo hace sentir también caldense. Su incansable labor política en defensa de la agricultura y la industria colombiana, así como el de ser un agudo polemista le ha valido un indiscutible liderazgo de primera línea en el progresista partido Polo Democrático Alternativo.

La Universidad Nacional de Colombia le confirió las distinciones Medalla al Mérito, Maestro Universitario y Orden Gerardo Molina. Ha publicado una docena de libros sobre diferentes temas, decenas de artículos y es columnista de varios diarios regionales y sitios web tanto de Colombia como de América Latina. Además, ganó la XVII Bienal de Arquitectura en Teoría, Historia y Crítica.

Robledo es uno de los colombianos que más conoce de la globalización neoliberal, concepción a la que con profundidad y sencillez le ha desnudado su naturaleza retardataria en todo tipo de escenarios, convirtiéndolo en el más reconocido vocero de los sectores que en el país pugnan por derrotar los tratados de libre comercio con Estados Unidos y la Unión Europea.