¿Quiénes somos? Somos un grupo de revolucionarios invencibles, que no nos rendiremos jamás, que lucharemos en todos los frentes, incluso en el de las ideas.

Thursday, June 3, 2010

ANTE EL ANIVERSARIO 60 DE LA TELEVISIÓN CUBANA (segunda parte)

ANTE EL ANIVERSARIO 60 DE LA TELEVISIÓN CUBANA (segunda parte) Ramón Ramón Diapur, Comisión de Redacción ¡ ¡A DEGÜELLO!,!,

La TVC 60 años después.
La Cuba Socialista cuenta con un sistema de televisión cuyo desarrollo ha llevado se expresa en nuevas tecnologías de comunicación convergentes con los servicios de este medio (satélite, cable, multimedia, diversos soportes audiovisuales, INTERNET). Gracias a estas tecnologías, este medio penetra en la geografía de países de otras partes del planeta.

Cuba puede enorgullecerse de que la TV cubre con sus señales casi todo el territorio nacional, de que más del 95% de las viviendas tienen televisores, y de que todas las aulas de todos los centros educacionales del país tienen acceso a la televisión. La electrificación por medios convencionales y no convencionales llevada a cabo hasta los lugares más apartados de nuestro país, las inversiones y el esfuerzo realizado por las comunicaciones, han garantizado que este medio llegue con sus señales a casi la totalidad de la población.

La televisión cubre el 75% de su programación con producciones nacionales. Sus señales sonoras y audiovisuales también son difundidas por el ciber-espacio, en medida creciente, mediante la red mundial INTERNET.

La Televisión cuenta con un total de 122 unidades televisivas, de las cuales 50 son emisoras (1 internacional, 5 nacionales, 14 provinciales y 30 municipales), a lo que se suman la TV Serrana y 71 corresponsalías municipales. La TV Serrana no tiene transmisores propios pero difunde sus producciones por otros telecentros y canales nacionales, y mediante video por televisores situados en comunidades. Las corresponsalías municipales tienen 30 minutos semanales de emisiones propias y tributan sus trabajos a telecentros y canales nacionales.

Además, este medio cuenta con la Teletransmisora, el Sistema Informativo, la unidad presupuestada Productora de TV, la empresa Casa Productora de TV y la unidad presupuestada Servicios Escenográficos, así como los servicios de otras entidades del Sistema del ICRT.

Las transmisiones de TV se realizan mediante la red de transportación de la señal a cargo de ETECSA y la disponibilidad de 424 transmisores operados por RADIOCUBA.

El canal Cuba Visión Internacional transmite desde marzo del 2003, con el propósito de llevar la imagen, realidad, ideas y valores de nuestra patria al resto del mundo. Su alcance satelital actual permite una cobertura de más de tres decenas de millones de abonados, distribuidos en América, Europa, Asia y el norte de África. A la vez, como único canal cubano vía satélite, CVI es una de las principales fuentes informativas para los medios de prensa extranjeros. Llega al total de la red hotelera nacional que incluye mas de cuatro decenas de miles de habitaciones y también a 38 embajadas cubanas en el exterior. Actualmente se trabaja en su desarrollo tecnológico, en la explotación de un estudio propio y la asignación de otros recursos, para que pueda incrementar su producción propia, incluyendo programas informativos en consonancia con su proyección hacia el exterior.

Debemos significar que en el 2007, el canal nacional Cuba Visión extendió sus transmisiones a 24 horas diarias, con el consiguiente beneplácito de la población, y que en el 2008, salió al aire el nuevo canal “Multivisión”, que transmite también las 24 horas, con el objetivo de satisfacer intereses de ampliación cultural, informativa y recreativa de la población, mediante la emisión de programas obtenidos de televisoras de diferentes partes del mundo.

Para dar respuesta a la necesidad de elevar constantemente la calidad de la programación, se aplica un sistema de formación y superación profesional de la fuerza de trabajo calificada, que demostró su eficacia particularmente en estos últimos años debido al crecimiento del número de canales de TV, telecentros territoriales y corresponsalías de TV municipales, y al incremento de horas de transmisiones. A estos resultados se suma la inserción y aporte de recién graduados de las enseñanzas técnica y profesional y universitaria que cumplen su etapa de adiestramiento en las entidades del medio.

La TVC ha fortalecido la colaboración con el Ministerio de Cultura y el Ministerio de Educación Superior, en función de aprovechar más y mejor las posibilidades de formación académica que ofrecen la Facultad de Arte en los Medios de Comunicación Audiovisual del ISA (FAMCA) y las Sedes Universitarias Municipales (SUM). Entre las especialidades más favorecidas con estas acciones, se encuentran: Dirigentes, especialistas y técnicos, periodistas, escritores, artistas (realizadores, asesores, locutores, productores, camarógrafos, grabadores y editores, iluminación, sonido), computación y nuevas tecnologías.

Calidad de la Programación
Es sabido que la televisión posee un gran poder comunicativo, que se basa en la palabra, el sonido y la re-creación de la realidad incluido su movimiento, mediante el reflejo de la imagen; en su inmediatez y presencia diaria y a toda hora en nuestros hogares; y en su capacidad de llegar simultáneamente a grandes masas, ejerciendo una notable influencia en el pensamiento, el sentimiento y el comportamiento de las personas, de lo que se deriva la gran responsabilidad que tenemos quienes trabajamos en estos medios.

En la programación, tenemos presente también la diseñada para situaciones especiales, adecuadas a la ocurrencia de catástrofes (intensas lluvias, inundaciones, penetraciones del mar, ciclones) y a agresiones de imperialistas y de mercenarios, en cualquier modalidad. La defensa civil y la defensa de la patria no pueden ser descuidadas jamás.

La creación, producción y transmisión de los programas de TV, se realiza en función de una Política de Programación vigente, aprobada por nuestro Partido siempre teniendo como objetivo central la calidad de la programación, tal como la concebimos institucionalmente. No obstante la importancia rectora de este documento, somos conscientes de que algunos compañeros lo desconocen, otros lo toman en cuenta solo parcial o coyunturalmente, y los menos lo consideran como una “camisa de fuerza” para su potencialidad creadora.

La búsqueda de una superior calidad, bajo la orientación del Partido, ha sido un propósito permanente. Cuando el 12 de febrero del pasado año, el Buró Político del CC del PCC aprobó el conjunto de orientaciones para incrementar la eficacia informativa de los medios de comunicación masiva del país, se nos convocó también a dar un vuelco en la calidad de la programación de la TVC, para que ésta jugara más eficientemente su papel de informar, educar y recrear.

En respuesta a este llamado, la Dirección del ICRT presentó al Partido una propuesta de cambios, que una vez aprobados por el Secretariado del Comité Central, implicaron la supresión de espacios, creación de otros nuevos, modificaciones en la concepción de programas y diseños de programación. Tales orientaciones, constituyen una guía actual y permanente para nuestro trabajo.
La televisión cubana actual, pese a las limitaciones objetivas en que desenvuelve su labor y las deficiencias de carácter subjetivo, es reconocida por instituciones, autoridades y personalidades de la cultura, la educación y las comunicaciones de organizaciones internacionales, otros países y del nuestro, como superior en múltiples aspectos a sus homólogos y rivales internacionales y de otros países. Los cubanos que viajan a otros países, y los extranjeros que nos visitan, al comparar la la TV de esos países con la nuestra, generalmente expresan que ésta es superior, argumentando que la programación es balanceada, con altos componentes informativos y educativos, no tiene publicidad, no está repleta de enlatados foráneos y su factura es digna.
Una valoración más detenida y elaborada arroja que este resultado se debe, entre otros, a los factores siguientes:
1. Ser un ente de servicio público-social cuyo gasto es sufragado por el Estado, en función plena de los intereses del pueblo, organizados en un Sistema, bajo una dirección única y centralizada.
2. Los valores que interesan a nuestra sociedad, en especial los relacionados con el trabajo y los trabajadores, tanto manuales como intelectuales, están presentes con predominio en la programación, dentro de un contexto despojado de la nota roja, del amarillismo y los show que a costa de las calamidades humanas divierten a no pocas personas en otras partes del mundo.
3. Los programas informativos difunden una amplia gama de información nacional e internacional adecuada a las circunstancias y necesidades del país, alejados de ser réplicas de formatos y discursos que dominan los noticieros del Primer Mundo y de muchos países de América Latina.
4. Toda la programación tiene un alto componente de cultura y educación, incluidos muchos programas especializados en estos perfiles.
5. La enseñanza y conmemoración de la historia nacional y latinoamericana es continua en toda la programación y está presente también en espacios y programas de ese perfil particular, cultivándose la adquisición y preservación de una identidad nacional que procura equilibrar el "tronco nacional" propio con los injertos de la cultura universal, tal como aconsejaba ya desde el siglo antes pasado el Héroe Nacional José Martí.
6. La ausencia actual de la publicidad comercial al estilo capitalista, la cual ejerce una constante presión enajenante y embrutecedora sobre la tele-audiencia, que dominó las señales televisivas en nuestro país antes del triunfo de la Revolución y domina hoy el espectro radioeléctrico y las pequeñas pantallas del llamado "mundo libre".
7. La singular labor --posiblemente única en nuestro continente y más allá-- de prevención, orientación y movilización que realizan nuestros medios ante la ocurrencia de desastres naturales y otras situaciones trascendentes (políticas, actividad enemiga, amenazas de invasión), tanto del acontecer nacional como ante coyunturas internacionales, así como el tipo de cobertura que brindan al desarrollo de los procesos eleccionarios y en respaldo a la construcción del Socialismo.
Un amplio catálogo de expresiones artísticas, de métodos y tecnologías educativas que tienen un alto contenido cultural, patriótico y ético, han sido priorizadas en este gran esfuerzo del Estado cubano: noticieros y mesas redondas que reflejan lo mejor del arte, la salud, la medicina, la ciencia, la política internacional y la economía; series de ficción y documentales que consagran el trabajo como fuente de riqueza; cuentos infantiles y dibujos animados centrados en epopeyas de la historia nacional, como los mambises libertadores que dieron "el grito de independencia" en el siglo antes pasado; filmes cubanos; promoción de exposiciones de artes plásticas y ferias de libros que recorren el país entero, así como la danza, el ballet, los bailes y la música popular.
Una notable contribución, aportan las modernas tecnologías de la televisión, Internet, los videos, la multimedia de las computadoras y otros a la estratégica Batalla de Ideas y al propósito de lograr mayor plenitud en la Cultura General Integral del pueblo, y en especial a la Revolución Educacional.
En la actualidad, todas las escuelas cubanas disponen de televisión en cada aula del país, con las correspondientes video-caseteras, que facilitan apreciar grabaciones de teleclases y otros materiales audiovisuales educativos. A fin de que esta tecnología pueda ser utilizada hasta en los centros educacionales que están en los lugares más apartados del país, donde todavía no llega el servicio de la red eléctrica nacional o no hay un grupo electrógeno, la totalidad de ellos han sido electrificados con paneles solares.
El televidente disfruta de una programación producida mayoritariamente por este medio con toda su noble carga de cubanía. No obstante los esfuerzos realizados, todavía recibe un número de programas de procedencia extranjera, buena parte norteamericana, contentivos de una indeseada e inconveniente carga de anti-valores propios de otras sociedades y muy ajenos a la nuestra.
El extraordinario potencial de desarrollo mediático que tiene la sociedad cubana, que ha logrado liberarse de los asfixiantes intereses de las transnacionales y de otras influencias foráneas, es una realidad en nuestra Isla. El proyecto cubano en general, reflejado con loable dignidad por la TV y demás medios masivos de comunicación, demuestra en la práctica que es viable lo que solicitan los millones hombres y mujeres que en todas partes protestan contra la globalización neoliberal: que un mundo mejor es posible. Por eso Cuba es un ejemplo y por eso mismo el bloqueo, las amenazas y agresiones del gobierno estadounidense contra Cuba son cada vez más radicales y violentos.
Concepto de calidad de la programación televisiva
Teniendo en cuenta la diversidad de interpretaciones existentes acerca del concepto “calidad de la programación”, dado su carácter relativo, debemos precisar la definición institucional al respecto.

Para algunos se reduce al gusto del radioyente o televidente que está al lado o al frente del radiorreceptor o telerreceptor; otros la identifican con alguna de sus funciones (informativa, educativa, cultural o de entretenimiento) según la predisposición o necesidad particular del radioescucha o telespectador; y hay quienes la conciben solamente por el contenido de su mensaje político ideológico.

Como vemos, la calidad se asocia muchas veces a los puntos de vista y las particularidades de individuos, grupos, territorios, sectores sociales y hasta de instituciones, por lo que no es posible satisfacer las expectativas de la totalidad.

La compleja y difícil misión de los que trabajan en estos medios, es lograr que todos los elementos mencionados se combinen lo más acertadamente posible en el producto que ofrecemos.

Es importante tener claro que la calidad de la programación será siempre directamente proporcional a la calidad de cada uno de los programas que la componen. Se requiere la comprensión colectiva de que la calidad de un programa abarca contenido y forma, definición previa y cumplimiento de la intencionalidad proyectada (mensaje, objetivos), receptividad y efectos deseados en los destinatarios, empleo de los códigos de expresión y comunicación de cada medio, factura artística, dramaturgia, y requisitos técnicos de transmisión, sin ignorar los costos.

Una aproximación a la definición, aceptable para la mayoría, pudiera ser:

La calidad de la programación ha de evaluarse por los valores socialistas que cultiva en el pueblo en correspondencia con el interés supremo de la nación, consagrados en los preceptos de la Política de Programación, lo que ha de lograrse con el mayor grado posible de aceptación y gusto de los públicos a quienes va dirigida, de manera que --como ha dicho nuestro Comandante en Jefe— nuestros medios cada día más “…ejerzan una función verdaderamente noble en el espíritu y en el alma de la gente”.

Respecto a la calidad de la programación, entre los problemas principales a resolver cotidianamente, nos enfrentamos al propósito de conciliar los intereses más elevados de la sociedad con los de los sectores e individuos que la integran; la satisfacción de gustos establecidos durante decenas de años con la formación de los que verdaderamente interesan en el presente para la conservación de las más legítimas tradiciones, el predominio de la ideología de la Revolución, y la defensa de nuestra identidad y cultura.

También encaramos el reflejo del quehacer nacional en un entorno mundial donde cada día es más fuerte la guerra ideológica que nos hacen el imperialismo yanqui y sus lacayos; la combinación de arte e ideología en la factura de los programas; y llevar a la práctica --con plena justeza-- el principio planteado por nuestro Comandante en Jefe: “…dentro de la Revolución, todo; contra la Revolución, nada.”

Con respecto a los factores subjetivos mencionados, tenemos que esforzamos más para optimizar el planeamiento de la programación, la planificación y la organización de la producción; estimular adecuadamente la creación en general y de guiones en particular; aplicar las formas de pago de manera que constituyan un eficaz incentivo al cumplimiento de los cronogramas productivos y sobre todo a la calidad; perfeccionar los diseños de programación para las puestas en pantalla, y elevar aun más el control y la exigencia en lo interno.

De esta forma, tenemos que corresponder al esfuerzo que --por su parte-- realiza la dirección del país, según permite la situación financiera, en medio de una severa crisis económica internacional, la existencia de un feroz bloqueo imperialista contra nuestra patria, el encarecimiento de los alimentos, y el enfrentamiento a las secuelas de los huracanes que azotaron recientemente a nuestro territorio.

En la medida en que los factores subjetivos y objetivos lo favorezcan, los resultados en la pequeña pantalla ganarán cuantitativamente y en diversidad y calidad.

Un elemento indispensable a considerar sobre la programación es el estado de opinión-gusto de la población, que al respecto se obtiene por diversas fuentes de retroalimentación, implementadas y utilizadas por la televisión nacional y territorial, según sus particularidades e intereses.

Una función destacada en esta importante actividad, es realizada mediante la aplicación de procedimientos técnico-científicos diseñados y puestos en práctica por el Centro de Investigaciones Sociales con la activa participación de nuestro medio.

Sin embargo, ocurre en la práctica que hay resultados de las investigaciones sociales no llegan a ser de conocimiento de los realizadores de los programas y algunos de estos, que reciben la información, la rechazan por considerarlos una intromisión en sus prerrogativas. Estas actitudes y manifestaciones negativas, en algo tan sensible y determinante para los emisores y receptores de la programación, deben ser totalmente erradicadas.

Oportuno es aclarar que se tienen en cuenta aquellas opiniones de los televidentes que enriquecen el mensaje y la cultura de la programación, y que en modo alguno se hacen concesiones a otras que pudieran asociarse a banalidad, extravagancia, frivolidad y expresiones negativas, ajenas a la ética y los principios que rigen la gestión de este medio, so pretexto de lograr altos índices de tele audiencia. La política que propugnamos y la lucha práctica diaria son totalmente contrarias a tales manifestaciones.

Lo nacional y lo universal en la Programación
Particular complejidad se nos plantea ante el reto de la necesidad de difundir lo que afianza nuestra identidad cultural sin excluir de nuestras emisiones lo mejor del conocimiento y de la cultura universal. Para hacerlo atinadamente, además de clara intencionalidad, planificación, creatividad, organización, control y exigencia, se requieren financiamiento y recursos que son indispensables para incrementar la producción nacional --hoy deprimida-- y ser más rigurosos en la selección y compra de las obras extranjeras.

Nuestro empeño ha sido y es, favorecer los programas de factura nacional con respecto a los de procedencia extranjera, en la programación en general y en los horarios estelares en particular.

Dada la importancia de este asunto y para el análisis a realizar en el caso de la TVC, veamos los datos correspondientes a los últimos 6 años:

AÑO CANTIDAD DE CANALES TOTAL GENERAL
DE HORAS DE TX
CANALES NACIONALES DE ELLAS:
CANTIDAD HORAS
PROGR. EXTRANJERA %
2003 3 16 163.07 3 171.12 19.62
2004 4 18 847.43 4 237.02 22.92
2005 4 21 927.18 6 188.55 28.91
2006 4 21 582.46 6 240.45 28.91
2007 4 23 499.54 6 609.35 28.13
2008 5 21 116.48 8 049.59 38.01

A continuación, el comportamiento del año 2009 y la proyección para el presente año 2010:
CONCEPTO PROGRAMACIÓN INTERNACIONAL (HORAS) PROGRAMACIÓN
NACIONAL (HORAS) PROGRAMACIÓN
TERRITORIOS
(HORAS) TOTAL
(HORAS)
Producción
Nacional 8 760.00 16 737.41 25 009.24 50 507.05
Producción Extranjera --- 17 139.55 9 476.38 26 616.33

TOTAL 2009
8 760.00
33 877.36
34 486.02
77 123.38

PLAN 2010
8 760.00
33 844.00
23 712.00
68 162.00

En el incremento de las horas de transmisión de materiales extranjeros incide la salida al aire del Canal Multivisión, hasta el 2008, cuya programación total se conforma con programas de esa procedencia. No obstante, estas cifras ponen de manifiesto la tendencia creciente de los índices del incremento de las horas de programación extranjera en la TVC, ante la deprimida producción nacional por los factores antes señalados, lo cual no es conveniente para el país.

Desde hace mucho tiempo –más de medio siglo-- descubrimos que los mensajes abiertos, encubiertos y subliminales de la mayoría de las “obras” extranjeras que produce el capitalismo son portadoras del intento de coloniaje cultural y reblandecimiento ideológico de los pueblos, además de la carga de violencia, sexo, drogas y otras manifestaciones que nada tienen que ver con nuestros valores.

Al respecto, por su peligrosidad y el daño ideológico que significa, se mantiene una estricta vigilancia en la programación acerca del peso y contenido de las obras audiovisuales facturadas en los Estados Unidos, de manera que no tenga cabida ni pueda prosperar la llamada “norteamericanización” en la radio y la TV cubanas, fenómeno tan común en la etapa prerrevolucionaria y actualmente en otras partes del mundo.

Esta situación es de conocimiento y ha sido valorada con las instancias correspondientes del Partido y del Gobierno.

Entre todos sabremos ponernos a la altura de las exigencias, en estos momentos de gran confrontación ideológica con nuestros enemigos y de necesidad de tener claras las ideas también con los que no lo son, en lo interno y externo. Somos conscientes de que, particularmente en la batalla mediática que se libra, a la TVC corresponde jugar un papel muy activo.

La consagración y el talento de muchos escritores, realizadores, artistas, periodistas, especialistas, técnicos y directivos de nuestros medios, así como de personalidades y colaboradores de elevada profesionalidad formados por la Revolución a lo largo y ancho de todo el país, han permitido hasta hoy, disponer de una programación de radio y TV dignas, pero no exenta de puntos débiles y deficiencias.

Quienes trabajan en la TVC son los primeros inconformes con los resultados del trabajo. Con toda claridad ellos expresan que están insatisfechos aun con la programación, por lo que en esta dirección trabajan duro y en ella concentran los principales esfuerzos y los recursos disponibles. Son conscientes de que se compite con las grandes transnacionales de la Información y las Comunicaciones, poseedoras de ilimitados recursos financieros y materiales, en constante desarrollo tecnológico, y con buena parte del talento robado al medio en el Tercer Mundo, pero también de que se puede y se debe batallar, y de hecho lo hacen, con ventaja evidente, en la calidad del mensaje, la creatividad y virtuosismo de los creadores, realizadores, periodistas y técnicos, a lo que se suma, en la programación, el contenido sano y la ausencia de propuestas y promociones enajenantes, como la publicidad mercantilista.

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